La paradoja del agua
E l problema de la contaminación del agua en varios cantones, como Tibás, Moravia, Goicoechea, San José, Montes de Oca y Turrialba, demanda una reflexión sobre el manejo del agua. Unas 700.000 personas resultaron afectadas en esos lugares. Visto de otro modo, alrededor de 31.000 hogares sufrieron problemas debido a la falta o insuficiente cantidad de agua, además de un 20 % de las 22.500 empresas activas, aproximadamente.
Entonces, la contaminación no solo afectó a las 100.000 personas calculadas, sino también la productividad de los cantones, empeoró la calidad de vida de sus residentes y podría haber aumentado la brecha entre quienes pueden comprar agua y aquellos que no.
La distribución de agua en camiones y el plan para proveerla en varios lugares hasta el 4 de febrero del 2024 no había cumplido con las expectativas de la población, como lo demostraron las manifestaciones.
La situación nos recuerda el capítulo de la pandemia, cuando se limitaba la compra de alcohol en gel a dos botellas por persona; el agua, por lo tanto, se convirtió en oro.
Sin embargo, debemos tomar en cuenta la meta 6.1 de los objetivos de desarrollo sostenible, acerca de la importancia de proporcionar acceso universal y equitativo a agua potable salubre.
Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que cerca de un millón de personas fallecen cada año a causa de enfermedades diarreicas debido a la insalubridad del agua, saneamiento insuficiente o mala higiene de manos.
Basado en las estimaciones de consumo de agua de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EE. UU., en las últimas 3 o 4 semanas de crisis, aproximadamente 222.000 litros no fueron consumidos por hombres y 180.900 litros por mujeres diariamente.
Aunado a lo anterior, el agua necesaria para otras cosas, tales como bañarse, cocinar, regar plantas y dar de beber a los animales, se calcula que solo en consumo humano se perdieron alrededor de 8,9 millones de litros. La cantidad es igual a un total de 5,5 piscinas olímpicas de agua desperdiciada.
Este evento muestra lo frágil que es el agua y cómo su falta causa graves problemas. La escasez de agua potable deriva en enfermedades como la diarrea, el cólera y la poliomielitis, y podría desatar epidemias.
Asimismo, perjudica la agricultura, la ganadería y la industria. A consecuencia de ello, hay escasez de alimentos o disminución de la producción industrial. La falta de agua también pone en peligro la vida de diferentes especies y tiene el potencial de provocar conflictos y desplazamientos de personas. Además, su impacto es diferente para hombres y mujeres.
Los hechos recientes reflejan que el sistema que solía funcionar bien está obsoleto y es vulnerable en todo sentido. Con el cambio climático, que está exacerbando los problemas, es urgente que los líderes políticos e institucionales encuentren soluciones para enfrentar tanto los problemas viejos como los nuevos.
Necesitamos una nueva ley para administrar mejor el agua, a pesar de las incertidumbres que ha suscitado una propuesta, especialmente sobre la concentración de poder y la reducción de la participación comunitaria en esta labor.
Aunque Costa Rica se considera un ejemplo mundial de manejo ambiental y cuenta con una disponibilidad de agua superior a la de muchos otros países de Latinoamérica, aún enfrenta enormes desafíos. Las políticas actuales no atacan los problemas fundamentales de gobernanza, sino que se centran en responder a emergencias y en apoyar el desarrollo económico del país, pero necesitamos recordar que, sin un medioambiente saludable, un buen desarrollo económico es imposible.
La contaminación de una sola fuente de agua puede parar una región entera durante días, provocar hechos violentos e impactar en áreas cercanas, mostrándonos lo vulnerables que somos a perturbaciones menores.
Si bien la contaminación en los cantones mencionados al principio pudo haber sido accidental, un evento de mayor magnitud, ya sea ocasionado por el hombre o por desastres naturales, tendría consecuencias mucho más graves que las experimentadas hasta ahora.
Experiencias recientes muestran lo frágil que es el recurso y la necesidad de cambios