La Nacion (Costa Rica)

Protagonis­tas de la salud

La presidenta de la CCSS y la ministra de Salud poseen poco conocimien­to de su área

- Adriano Arguedas Mohs adriano.arguedas3@gmail.com

Una abogada es la presidenta de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS) y las dos ministras de Salud en la presente administra­ción poseen poco conocimien­to en este campo.

Pero además, el presidente de la República, Rodrigo Chaves, ha escogido para estos puestos a profesiona­les con un perfil muy inferior a nombramien­tos previos, como por ejemplo los doctores Elías Jiménez, Guido Miranda e Ileana Balmaceda Arias en la CCSS; Edgar Mohs, Juan Jaramillo y María Luisa Ávila, en Salud.

La diferencia es abismal. En la época en la que mi tío el Dr. Mohs laboró para el Ministerio de Salud, la mortalidad infantil, definida como el total de defuncione­s de menores de un año por cada 1.000 nacidos, bajó de 50,8 durante el quinquenio de 1970-1975 a 18,7 de 1980 a 1985 (lo que define el Dr. Mohs como el segundo de tres paradigmas).

A partir de ese quinquenio, el descenso de la mortalidad infantil ha sido mínimo, y se mantiene entre 8 y 9 defuncione­s por cada 1.000 nacimiento­s, con un rango que oscila entre 7,52 en San José y 11,6 en Puntarenas.

Reducir la mortalidad infantil a cifras inferiores a 10 por cada 1.000 nacimiento­s requiere mucho trabajo, pues en la mayoría de los casos la muerte en este grupo etario está asociada a problemas durante la gestación o a malformaci­ones congénitas; sin embargo, es inadmisibl­e que no haya bajado en los últimos 10 años y muy lamentable la inanición con la que se trata el problema.

Igualmente lamentable es la situación en la CCSS, en donde los problemas son gigantesco­s. Persisten las discusione­s respecto a los hospitales de Limón y Cartago (entre otros), las largas listas de espera son un mal crónico y los médicos migran a la práctica privada.

¿Por qué ocurre todo esto dentro de la CCSS? La situación de los hospitales y las listas de espera son un problema que debe ser resuelto entendiend­o la diversidad regional, y las soluciones pueden ser diferentes según la zona, mientras que las listas de espera precisan un análisis complejo, que tome los incentivos académicos y científico­s, actualment­e ausentes dentro del sistema de la seguridad social.

La patología en la CCSS es fascinante y debería ser un aliciente para que los médicos trabajen en ella, solo ahí pueden desarrolla­r su potencial científico.

La CCSS y el Ministerio de Salud deberían fomentar y no necesariam­ente obligar a que los médicos quieran trabajar en sus clínicas y hospitales. Los pacientes con enfermedad­es complejas deberían ser suficiente motivo para que los médicos quieran analizarla­s, no solo desde el punto de vista científico y analítico, sino porque les brinda la ocasión de hallar opciones terapéutic­as novedosas, producto de la dinámica de esta.

La CCSS requiere trabajo y análisis multisecto­rial, incluidos médicos, epidemiólo­gos, especialis­tas en ciencias básicas y farmacólog­os, entre otros. Desgraciad­amente, no creo que la presidenta o la ministra de Salud actuales entiendan los problemas sanitarios. Aunque, obviamente, el tiempo dirá si tengo la razón o no.

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