La Nacion (Costa Rica)

Cerremos la brecha de género en el mundo empresaria­l

- Susan Segal y Carin Zissis

Al conmemorar el Día Internacio­nal de la Mujer, hay buenas razones para celebrar los avances en América Latina. Cuando se trata de elevar a las mujeres a puestos de liderazgo político, la región está a la cabeza.

Chile, Colombia, Costa Rica, Perú y México han logrado o están cerca de alcanzar la paridad de género en sus gabinetes.

Las mujeres representa­n el 35 % de los legislador­es nacionales en las Américas, superando a todas las demás regiones del mundo excepto a los países nórdicos.

Mientras tanto, Estados Unidos solo está reduciendo ese promedio, y se ubica en el puesto 71 de 184 países, y con más de una docena de naciones latinoamer­icanas y caribeñas en puestos más altos en una lista de la Unión Interparla­mentaria.

Perú, Honduras y Trinidad y Tobago están en el pequeño club de 26 países en todo el mundo con mujeres como jefas de Estado.

Argentina, Brasil y Chile han tenido mujeres presidenta­s y es casi seguro que los mexicanos elegirán a la primera en junio.

Pero si hay motivos para alegrarse en el sector público, hay mucho menos que celebrar cuando se trata del liderazgo femenino en el sector privado. En la alta dirección, un informe de Deloitte del 2022 encontró que las mujeres de la región ocupan apenas el 1,6 % de los puestos de directora ejecutiva. Al frente de las juntas directivas, América

Latina va a la zaga, con una representa­ción general de solo el 14,5 %, según un estudio del 2023.

México (un 10 %), Chile (un 17 %), Brasil (un 19 %) y Colombia (un 21 %), las mayores economías, están detrás de Estados Unidos (un 31 %), donde las empresas también tienen trabajo por delante para lograr la paridad.

Resultados a la vista. En el ámbito público de la región, el creciente poder político de las mujeres está relacionad­o con cuotas que han aumentado el número de candidatas en las urnas para escaños legislativ­os y de otros tipos. Argentina fue el primer país del mundo en aprobar una ley de este tipo en 1991, sentando las bases para que más de 70 países en todo el mundo hicieran lo mismo.

Casi todos los países latinoamer­icanos cuentan ahora con reglas parecidas y, en los últimos 50 años, 12 de 21 países de la región han tenido una presidenta.

En el sector privado también hay muchos incentivos. Los estudios han demostrado desde hace mucho tiempo que las mujeres ejecutivas son más proclives a aportar nuevas perspectiv­as, buscar consenso y ayudar a mejorar la toma de decisiones. Y, a raíz de la pandemia, un nuevo estudio concluyó que es más probable que las mujeres líderes sean vistas como compasivas y comprometi­das, lo que ayuda a retener a los empleados y mejorar la productivi­dad.

Todo esto se reduce a un mejor resultado final. Las empresas reportan un aumento del 20 % en el impulso del precio de las acciones durante los dos primeros años desde que una mujer es nombrada directora ejecutiva. Y las empresas en las que las mujeres representa­n más del 25 % de los miembros de la junta directiva experiment­an márgenes de beneficio 10 veces mayores que aquellas en las que no hay ninguna mujer.

No ascender a las mujeres tiene un costo, y eso no debería pasar desapercib­ido en un momento en que América Latina busca formas de impulsar la proyección de crecimient­o del PIB más allá de la actual tasa regional del 2,3 % en el 2024.

Por suerte, hay señales de esperanza. El hecho de que varios países tengan altas tasas de representa­ción de mujeres en los Congresos es clave: es más probable que las legislador­as respalden legislació­n socialment­e inclusiva, que puede incluir medidas que ayuden a las mujeres a ingresar y permanecer en la fuerza laboral para ascender en la escala de liderazgo.

Y, en América Latina, las mujeres ocupaban el 37 % de los puestos directivos corporativ­os en el 2023, según una encuesta de Grant Thornton, una cifra que aumentó 17 puntos en los últimos siete años. Esto significa que América Latina pasó de estar rezagada con respecto a las demás regiones a superar el promedio mundial del 32 %.

Está claro que cuando se trata de impulsar a las mujeres a puestos de liderazgo en el sector privado, las empresas tienen incentivos para llegar allí. Dado que América Latina ya es un líder mundial en lo que respecta a la representa­ción política de las mujeres, es hora de que el sector privado de la región cierre la brecha. SUSAN SEGAL: presidenta y directora ejecutiva de americas society/council of the americas. CARIN ZISSIS: editora jefa de AS/COA Online.

Hay poco que celebrar cuando se trata del liderazgo en las empresas privadas

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