Reabierto paso por bajo los Ledezma con dos puentes ‘bailey’
› Pueden pasar solo vehículos livianos a no más de 30 kilómetros por hora
Los vehículos livianos volvieron a circular este viernes por el bajo los Ledezma, que conecta Pavas con la Uruca, en San José.
Según un boletín emitido por Casa Presidencial, la reapertura del paso se dio tras la colocación de dos puentes bailey en el sitio, que permanecía cerrado desde el 16 de febrero.
Aparte de enfatizar en que no podrán pasar automotores pesados, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) solicitó a los usuarios circular por ese sector a no más de 30 kilómetros por hora.
Cada puente mide 39 metros de largo y 3,65 de ancho. Fueron instalados mientras se construye el puente definitivo a dos carriles, obra que lleva un avance global del 20%, según el MOPT.
Con la puesta en funcionamiento de los dos puentes bailey, las autoridades esperan aliviar el congestionamiento vial causado al inicio de las obras, sobre todo en los sectores de Pavas, La Uruca, la carretera de Circunvalación y la autopista General Cañas.
Las presas comenzaron el 26 de enero, cuando se dio un cierre total del paso vehicular para demoler la estructura existente sobre el río Torres y construir un nuevo puente de 30 metros de longitud y 10,6 metros de ancho.
Se prevé que esas labores se prolonguen, al menos, hasta inicios de diciembre.
El paso por bajo los Ledezma es utilizado como ruta alterna por quienes se trasladan hacia o desde sectores como Circunvalación, la General Cañas, La Sabana y Rohrmoser.
Caos vial. El 14 de febrero, La Nación informó de que transitar por el área metropolitana de San José era una pesadilla desde hacía una semana.
Varios expertos consultados por este diario calificaron lo que ocurría como una “megacongestión” sin precedentes y señalaron la falta de planificación de las autoridades como la causa principal.
El punto más crítico era la Uruca, donde la Municipalidad de San José ordenó demoler el puente en el bajo los Ledezma sin contar con un plan para el manejo de los 10.000 vehículos que pasaban por ahí a diario.
Esa medida provocó un efecto en cadena que agravó las presas en la rotonda y el puente Juan Pablo II, pues por allí ingresan a la capital 200.000 vehículos diarios, según los cálculos del MOPT.
“El origen de esta megacongestión es la falta de diligencia, de planificación y de estudios. Cuando se va a hacer una obra en una vía por la que pasa el tránsito, siempre se debe hacer un estudio de gestión del flujo vehicular”, afirmó entonces Mario Durán, ingeniero civil egresado de la Universidad de Costa Rica y máster en Ingeniería de Transporte graduado en la Universidad de Berkeley, California.