Niña de 5 años observó cómo su papá atacó a machetazos a su mamá
› Sujeto fue hallado sin vida tres días después; mujer estuvo grave en UCI y perdió brazo
El estar frente a su hija de cinco años no impidió que un hombre de apellido Jiménez, de 46 años, se abalanzara con un machete sobre su pareja, de apellido Carrillo, de 40 años, provocándole heridas en el rostro y los brazos. Los hechos ocurrieron en Naranjo de Alajuela, la noche del 10 de febrero anterior.
Una hermana de la víctima, que prefirió no revelar su identidad, comentó a La Nación que el ataque se originó por celos del hombre, ya que pensaba que la mujer y madre de tres de sus hijos sostenía una relación con un vecino.
“Él veía lo que no existía y, según comentan los vecinos, él ya tenía esto planeado desde hace tiempo”, mencionó la familiar, a la que llamaremos María.
Según ella, testigos le contaron que el día del ataque, el hombre estuvo en un bar, donde aparentemente entró en estado de ebriedad e hizo manifestaciones como “ahora sí me van a encontrar” y “a la cárcel no voy”.
Posteriormente, se dirigió a su casa, en Naranjo, donde al encontrarse con su pareja, cerca de las 7:30 p. m., la hirió brutalmente con el arma blanca. Producto del ataque, la mujer resultó con heridas de gravedad en el rostro y perdió uno de sus brazos.
Este violento acto fue perpetrado por el sujeto sin importar que su hija menor presenciara todo.
La hija mayor de ambos, de 18 años, estaba fuera de casa en ese momento, mientras que la del medio, de 12 años, se encontraba en un supermercado cercano.
Ese mismo día, María y el resto de sus familiares se enteraron de la agresión cuando un primo de ella, quien trabajaba con Jiménez en una gasolinera, le informó de que la Policía estaba buscando al hombre por agredir gravemente a su esposa.
“Él nos avisó. Luego supimos que mi hermana estaba muy mal en el Hospital. De hecho, estuvo luchando por su vida en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)”, comentó la mujer.
Tras cometer la brutal agresión contra su pareja, Jiménez huyó de la vivienda con el arma utilizada y no se supo más de él.
Las autoridades y los medios regionales compartieron su foto en redes sociales, con la esperanza de que alguien supiera dónde estaba y así poder investigarlo por su crimen.
No obstante, la búsqueda terminó el 13 de febrero, cuando las autoridades ubicaron su cuerpo en un cafetal detrás de la casa en la que vivía con su familia. En apariencia, el sujeto se quitó la vida.
Además de las tres hijas que compartía con Carrillo, el individuo tenía una más, de 21 años, de otra relación.
Según María, las hijas de la pareja aún intentan asimilar lo sucedido y reciben ayuda psicológica. Actualmente, están bajo el cuidado de su hermana mayor y viven con la familia del novio de esa hermana.
“Suena feo, pero están tranquilas porque el papá ya no está. Obviamente, les debe de doler. Nosotros tratamos de apoyarlas y no meternos mucho en el tema”, agregó.
La casa donde ocurrió el incidente está en alquiler, mientras que Carrillo continúa hospitalizada y fuera de peligro. La familia del hombre, por su parte, manifestó a los allegados de la víctima que todo fue “un problema de pareja”.
“Mi hermana es una mujer muy valiente; todos esperamos que salga adelante. Casi nadie sale de una situación así tan horrible como la que ella pasó. Dios le está dando una segunda oportunidad. Es un milagro viviente”, mencionó la entrevistada.
Varias situaciones. Según María, su familia presume que su hermana quería separarse de Jiménez, ya que antes del ataque, ella preguntó a otra hermana si conocía algún trabajo relacionado con cuidar casas o limpiar. Su sospecha se debe a que el hombre, aparentemente, no permitía que Carrillo trabajara.
“Como padre, él solo cumplía con las obligaciones de dinero. Pero tenía problemas con vecinos porque era muy bochinchero”, agregó. De acuerdo con la mujer, el sujeto además solía alcoholizarse.
En público, más de una vez notó el comportamiento del hombre con su hermana, pues acostumbraba a nalguearla o hacer bromas y comentarios cuestionables. La mujer, por su parte, con el objetivo de evitar problemas, se limitaba a reírse.
María aseveró que, su hermana se había distanciado de su familia, quizá para evitar problemas con su pareja. “Él hizo que ella se peleara con nosotros, por algo que ni siquiera tenía sentido”, comentó.
La psicóloga Gema Monge explicó que estas agresiones son usuales en las relaciones en las que no existen o se violentan los derechos de una de las partes.
“En ocasiones hay sumisión y en ocasiones es el hombre el que ‘tiene la autoridad en el lugar’, pero el hombre y la mujer son complementos y deben ser apoyos”, argumentó.
De acuerdo con Monge, otro de los factores que influye en que se den este tipo de incidentes es que las mujeres y sus hijos dependen económicamente del hombre.