Expresidente hondureño declarado culpable de traficar drogas y armas
› Fiscalía asegura que creó un ‘narco-estado’ mientras dirigió su país, entre el 2014 y el 2022
El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández fue declarado ayer culpable de narcotráfico y tráfico de armas por un jurado de un tribunal federal de Nueva York, al término de un juicio histórico que puede llevarle a pasar el resto de su vida en la cárcel.
En su segundo día de deliberaciones, el jurado de 12 personas anunció su veredicto unánime poco antes de la 1:30 p. m. locales: culpable de los tres cargos de los que lo acusaba la Fiscalía.
“Soy inocente, díganselo al mundo; los amo”, dijo Hernández al abandonar la corte dirigiéndose a sus familiares, entre ellos dos cuñadas, y los tres generales que acudieron a testificar a su favor.
Flanqueado por sus abogados, momentos antes de que el juez Kevin Castel convocase a las partes para escuchar el fallo, Hernández, de 55 años, parecía rezar.
Después, siguió el veredicto moviendo la cabeza con incredulidad a medida que el jurado portavoz respondía a cada una de las preguntas que formuló el juez para establecer su culpabilidad.
La Fiscalía, que sostiene que el expresidente creó un narco-Estado durante su presidencia (2014-2022), lo acusaba de conspirar para traficar drogas a Estados Unidos, así como de conspirar para traficar armas y de posesión. Esos delitos son pasibles de cadena perpetua.
En espera. El juez todavía debe anunciar la condena del expresidente en las próximas semanas o meses.
Según la Fiscalía estadounidense, Hernández participó y protegió entre el 2004 y el 2022 –cuando era diputado, presidente del Congreso y luego presidente de la República–, a una red que envió más de 500 toneladas de cocaína a Estados Unidos.
A cambio, habría recibido millones de dólares de los carteles, entre ellos del narcotraficante mexicano Joaquín Chapo Guzmán, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos.
Honduras era una “superautopista” por donde pasaba buena parte de la droga procedente de Colombia con destino a Estados Unidos, recordó la Fiscalía durante el juicio.
Extraditado en abril del 2022 a Estados Unidos, tres meses después de ceder el testigo de la presidencia a su sucesora, la izquierdista Xiomara Castro, el ahora condenado es el autor de la famosa frase “les vamos a meter la droga en sus narices (a los estadounidenses) y no se van a dar ni cuenta”, según un testigo.
Al ser preguntado por la agencia AFP, el abogado defensor, Renato Stabile, dijo, con los ojos empañados, “obviamente el fallo es duro, pero mentalmente (Hernández) es muy fuerte”.
Doble discurso. Este fiel colaborador del gobierno del republicano Donald Trump (2017-2021) llegó a jactarse de los elogios de Washington por la labor de su gobierno en la lucha contra el narcotráfico.
El fiscal Jacob H. Gutwillig recordó al jurado que en público el acusado promovía leyes contra el narcotráfico y las extradiciones de narcos a Estados Unidos; además, se reunía con funcionarios y autoridades estadounidenses, pero “nada de esto deshace lo que el acusado hizo por detrás de las puertas”.
“Es un narcotraficante”, afirmó.
Desde el 2014, Honduras ha extraditado a Estados Unidos a 38 personas acusadas de narcotráfico. Otras se entregaron a las autoridades estadounidenses o fueron detenidas fuera del país.
El exjefe de la Policía hondureña Juan Carlos Tigre Bonilla y el expolicía Mauricio Hernández, que iban a ser juzgados con el expresidente, se declararon culpables de tráfico de drogas unos días antes del inicio del juicio.
Sus condenas se conocerán en los próximos meses.
Buena parte de la docena de testigos que presentó la Fiscalía pusieron en evidencia la corrupción y los estrechos vínculos entre política y narcotráfico.
“La élite política, que es también la económica, ha operado en completa impunidad” durante los últimos 15 años, desde el golpe de Estado del 2009, envalentonada por “el apoyo que recibió de gobiernos extranjeros, pese a que sabían que estaba muy involucrada con el narcotráfico”, dice la activista estadounidense Karen Spring, de la organización Honduras Solidarity Network.
“Todas las instituciones del Estado están muy penetradas por narcotráfico, en particular la Policía y los militares”, dice.
Hernández seguirá así los pasos de su hermano Tony Hernández y de Geovanny Fuentes, un estrecho colaborador de este, que cumplen cadena perpetua en Estados Unidos, al igual que Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo (2010-2014), y el diputado Fredy Renán Nájera, todos condenados por narcotráfico.
“TODAS LAS INSTITUCIONES (DE HONDURAS) ESTÁN MUY PENETRADAS POR EL NARCOTRÁFICO, EN PARTICULAR LA POLICÍA Y LOS MILITARES”.
Karen Spring
Honduras Solidarity Network