La Nacion (Costa Rica)

Maquillist­as y estilistas instalaron salones al aire libre para los fans

Accesorios de colores, escarcha y creativida­d fueron parte de los puestos que se observaron ayer

- Kimberly Herrera S. kimberly.herrera@nacion.com

Laca, peines, escarcha, colas, prensas y hasta cabello falso color rosado fueron tan solo algunos de los accesorios para el cabello que Jocelyn Fallas agarró de su salón y empacó en un bolso con un propósito: ir a buscar clientes al Estadio Nacional. Ayer puso sus servicios a la orden de los fanáticos del primero de los dos conciertos de Karol G.

A las 7 a. m., cuando la mañana ya se comenzaba a teñir de rosado y el día comenzaba a calentar, la vecina de Alajuelita instaló una silla de plástico y armó una mesa bajo la sombra de un árbol al lado sur del recinto de La Sabana.

“Vi que muchas muchachas decían que iban a ir a peinar a gente fuera del estadio; entonces, yo dije: ‘Ah, si ellas van, yo también’”, comenta Fallas.

Fallas no llegó sola, ya que su mamá y sus hijas la acompañaro­n. Mientras ella peinaba, su familia promociona­ba su salón improvisad­o alrededor del Estadio Nacional.

A la estilista poder peinar a diferentes fans de Karol G le genera mucha ilusión, no solo porque es algo que le gusta hacer, sino por la alegría de sus clientas al ver el resultado final.

“Esto es algo que me relaja, he tenido días estresados y como se me dio la oportunida­d, me vine. Igual no lo pensé demasiado, solo agarré las cosas del salón, lo eché en el bolso y ya. Hoy me traje mi salón para acá”, detalla.

Al lado de Fallas, bajo la sombra de otro árbol, las primas Jennifer Campos y Verónica

Castro estaban acomodando sus implemento­s de trabajo. Ambas dedicarían ese sábado a peinar y maquillar a quienes requiriera­n sus servicios.

Las vecinas de Alajuelita tienen claro que el trabajo hay que buscarlo y, por ello, acomodaron las prensas, las colas y la escarcha en una mesa desarmable, mientras al lado colocaron un par de sillas.

“Siempre digo que la plata está en la calle y el que no quiere trabajar es porque no quiere. He visto que en otros países hacen lo mismo y a ellas les ha dejado mucha ganancia. La verdad es que esto es parte de generar ingresos”, afirmó Campos.

Campos es estilista, mientras que Castro es manicurist­a, por lo cual ambas saben qué está en tendencia y qué les gusta a los seguidores de la cantante colombiana.

Los precios de los peinados rondan los ¢4.000; si es muy elaborado, el valor aumenta.

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lIllY ArCe Ayer, Gabriela Montiel pagó ¢4.000 por su peinado en el parque metropolit­ano La Sabana.

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