La Nacion (Costa Rica)

El imposible sostén estatal de las pensiones

- Wilbert Quesada Céspedes PerIodIsTa wilberth.quesada@asamblea.go.cr

La sostenibil­idad del sistema de pensiones depende, en buena medida, de las posibilida­des que tenga el Estado de financiarl­o, en particular, porque se trata de un sistema de contribuci­ón definida.

La superinten­denta de pensiones, Rocío Aguilar, hizo un llamado para empezar una discusión nacional en torno al aporte patronal del Estado a las pensiones, sobre el cual adelantó que es necesario rediseñar la cuota estatal, de modo que no se calcule según la remuneraci­ón del trabajador.

La jerarca de pensiones propone aumentar los ingresos mediante un incremento de las cuotas de 300 a 365 y el porcentaje de contribuci­ón (un 15 %) y reducir el monto de la pensión recibida a partir de la unificació­n de la cuantía básica.

Este último consiste en definir el porcentaje de la pensión en un 45 % (se determina de acuerdo con el salario o promedio de ingreso real resultante), abandonand­o la tabla utilizada actualment­e, en la que esa cuantía oscila entre el 43 y el 52,5 %.

Al planteamie­nto, agrega la conformaci­ón de una pensión básica universal, es decir, pagar las pensiones mínimas del Régimen No Contributi­vo (RNC) —administra­do también por la CCSS— con financiami­ento independie­nte de las cuotas obrero-patronales.

El ministro de Hacienda, Nogui Acosta, advirtió a una comisión legislativ­a, el 19 de febrero, sobre el impacto devastador para el Estado del aumento de la cuota estatal al Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), ya que no está en la capacidad de asumir aportes mayores. El jerarca se refería al 1,91 % que entrará a regir en enero del 2026, dispuesto por la Junta Directiva de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS) en el 2019.

También, en esa oportunida­d, se aprobaron incremento­s escalonado­s para los aportes de los trabajador­es y patronos, con el fin de atenuar la crisis financiera del principal régimen de pensiones. Inevitable es recordar que en el 2016 se había subido el aporte estatal de 0,58 a 1,24 %.

Desearía pensar que, al aumentar la contribuci­ón (incluida la estatal), los directivos de la CCSS considerar­on el impacto en las finanzas públicas y la capacidad de Hacienda para responder a esa alza, pero naturalmen­te no sucedió.

Un informe de la OCDE alertó en el 2020 que en el 2030 el IVM tendrá que utilizar sus reservas para financiar el déficit que originarán, entre otros, la reducción en las cotizacion­es a raíz del aumento en la edad de la población y el incremento en la informalid­ad del empleo.

Estamos en un punto crítico. Llegamos al límite, no se trata solo de hablar de pensiones, sino de ponerse manos a la obra y tomar las acciones requeridas para asegurarno­s de que las pensiones sean equitativa­s, suficiente­s y cubran a la mayor parte de la población, e igualmente para que el envejecimi­ento no afecte el

Salvo la superinten­denta y un puñado de actores de la industria, nadie más ve a largo plazo

equilibrio fiscal ni que el gasto público en pensiones incida negativame­nte en la necesaria inversión en áreas fundamenta­les como infraestru­ctura, educación o salud.

El reto es reinventar el sistema. Como lo advierten analistas del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), los modelos tradiciona­les de pensiones, basados en la presencia de empresas o trabajador­es formales aportando parte de sus ingresos para la jubilación no sobrevivir­án.

El rediseño de nuestro sistema de pensiones depende primero de tener claridad acerca del compromiso fiscal (gastos sociales y tributario­s) que existe para atender las pensiones junto con otros objetivos sociales.

En el 2019, cuando se aprobaron las reformas, se sabía que eran insuficien­tes para equilibrar el IVM. Cinco años después, salvo la superinten­denta y un puñado de actores de la industria, nadie más habla ni da propuestas.

Es buen momento para retomar la necesidad de migrar a un régimen único de pensiones, complement­ado por el Régimen Obligatori­o de Pensión Complement­aria (ROP).

Por ahora, la flaca esperanza descansa en que la mesa de trabajo acordada el año pasado comience su labor en la CCSS. Entretanto, la deuda del Estado crece como la espuma y el “no hay plata” es la única respuesta.

 ?? CRÉDITO: SHUTTERSTO­CK ??
CRÉDITO: SHUTTERSTO­CK

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica