Afectados por incendio notaron riesgo de fuego horas antes del siniestro
› Vendedora dice que empleados de Jasec no tomaron en serio reporte y se ‘burlaron’ de ella
La tarde del lunes, un incendio destruyó el antiguo Hotel Rex, en el centro de Cartago. Las llamas, además de consumir el establecimiento, afectaron parcial o totalmente otros 15 comercios cercanos, 10 de ellos del mercado de las pulgas.
Mayela Garro, propietaria junto a su padre de una venta de herramientas que operaba en el sitio desde hacía 11 años, dijo que en la mañana del lunes notaron que una lata del antiguo hotel se levantó y cayó sobre un cable primario, lo que, según ella, marcó el inicio de la emergencia.
“Como a las 10:30 de la mañana, mis compañeros llamaron al 911 y no hicieron nada. Otra compañera volvió a llamar y nada. Así estuvimos durante un buen rato”, afirmó Garro. De acuerdo con la mujer, después de varios minutos, otro comerciante fue a la estación del Cuerpo de Bomberos en busca de ayuda, pero, según le comentó, tampoco fue atendido porque las unidades no estaban en la estación.
Garro dijo que aproximadamente las 3:30 p. m., una cuadrilla de la compañía eléctrica Jasec, encargada de brindar el servicio eléctrico en la zona, acudió a atender la situación.
María Teresa Durán, que vendía artefactos eléctricos, afirmó que los trabajadores de Jasec no tomaron en serio su preocupación.
“Yo le dije al señor (uno de los funcionarios de Jasec): ‘¿Usted no cree que haya una chispa ahí y que esto se pueda encender?’, y me dijo: ‘¡Ay, señora, por favor!’ y se burló de mí. Como a la hora de que se fueron, ocurrió una explosión y comenzó el humo y las llamas”, relató.
En ese momento, los comerciantes y sus colaboradores intentaron salvar su mercadería; sin embargo, el fuego proveniente del viejo hotel se extendía rápidamente.
Hubo quejas. Roy Chaves, otro de los comerciantes afectados, manifestó que anteriormente se habían quejado con el propietario de los locales por el peligro que representaban las latas sueltas del antiguo hospedaje, muchas de ellas desprendidas por indigentes que buscaban refugio durante las noches.
Chaves tenía un negocio en el Mercado de las Pulgas desde hacía un año y medio; vendía celulares, computadoras, repuestos y herramientas. “Venía metiéndole mercadería nueva, calculo que perdí entre ocho y ¢10 millones”, comentó.
Este negocio sostenía a siete familiares de Chaves. Aunque está pensionado por un accidente, con su local cubría las necesidades del resto de su familia.
Luis Olman Durán tenía dos negocios en el mismo mercado desde hacía 40 años. Se dedicaba a la venta de cables, tuberías, cajas de breakers, llaves de cubos y artefactos para construcción.
Al momento de la emergencia, Durán no se encontraba en los locales, pero su hijo sí. “Él trató de meterse porque tenía 50 cajas de breakers que había comprado, pero no pudo porque los sprays para pintar comenzaron a explotar”, detalló Durán, quien era el encargado del mercado ya que era el comerciante que tenía el contrato firmado.
Según Durán, tenía extinguidores por si ocurría una emergencia, ya que los indigentes fuman y dejan las colillas encendidas. “No quedó nada. Calculo que perdimos alrededor de ¢20 millones”, mencionó. Dijo que esperará a ver qué puede rescatar y qué ayuda les dará la Municipalidad.
El incendio fue atendido por el Cuerpo de Bomberos a las 4:49 p. m., hora en la que se ingresó la alerta al sistema.
Siete unidades se desplazaron hasta el sitio y se registró una afectación de 550 metros cuadrados.
Durante la mañana de ayer, ninguno de los comerciantes había podido ingresar a los locales ya que continuaban las labores de los bomberos. Sus estimaciones de las pérdidas se basaron en lo que les informaron los funcionarios que atendieron la emergencia, quienes aseguraron que no quedó nada.
Varios curiosos que se acercaron al sitio manifestaron que los daños causados por el incendio son “muy tristes”, pues muchas personas dependían de los locales para llevar el sustento a sus familias. “Gracias a Dios no hubo vidas que lamentar. Lo material se recupera poco a poco”, dijo Berny Pacheco, un cliente.
La Nación consultó a la compañía Jasec sobre el incidente reportado por los comerciantes la mañana del lunes. Según la empresa, el aviso ingresó vía telefónica a las 2:28 p. m.
A las 3:40 p. m., dos técnicos se trasladaron al lugar y observaron que una lata de zinc, movida por el viento, hacía contacto con un cable secundario de la red eléctrica.
Agregaron que, una vez hechas las valoraciones, quitaron el servicio eléctrico temporalmente para retirar la lata de zinc.
“Posterior a ello, proceden a revisar el sitio y comprobar que la red y, por ende, el sector, estén completamente seguros. Luego se restablece el servicio y proceden a retirarse”, explicó la compañía.
‘Olí humo y salí’. El jamaiquino Errol Brown, otro de los distribuidores afectados por el incendio, tenía la tienda de camisetas y accesorios El Jardín al lado del antiguo hotel. En la planta baja estaba su negocio y arriba, su apartamento, donde vivía con su esposa y sus hijos de 1 y 5 años.
Según el extranjero, tenía 6 años de estar en Cartago con su negocio y tres años de vivir en el apartamento de arriba. Al momento del siniestro, su esposa y uno de sus hijos estaban fuera de casa. Él estaba
“NO QUEDÓ NADA. CALCULO QUE PERDIMOS ALREDEDOR DE ¢20 MILLONES”. Luis Olman Durán comerciante
con su otro hijo en la planta alta.
“Olí humo y salí instantáneamente. En la mañana escuché una chispa, como un circuito eléctrico, pero no le presté atención. El fuego tomó primero el apartamento y muchas cosas se quemaron. No perdimos todo, pero muchas cosas están llenas de agua de los bomberos”, mencionó Brown.
El comerciante agregó que, aunque su tienda no resultó consumida por las llamas, sí se llenó de humo. Sus hijos están con la abuela, mientras él y su esposa piensan hacia dónde irán. “Muchas cosas se quemaron, pero lo que más importa es mi vida y la de mi familia”, afirmó.
Durante una entrevista con este medio, el alcalde de Cartago, Mario Redondo, afirmó que el gobierno local ya trabaja para que los afectados puedan retomar sus actividades comerciales lo más pronto posible.
“Uno sabe que hoy en día quedarse sin trabajo una semana, dos semanas, un mes, ya tiene efectos en el bienestar de la gente”, aseguró.
Como la propiedad es privada, el alcalde dijo que ya se localizó al dueño de los locales para que tome las medidas necesarias a fin de evitar que la zona se convierta en un lugar peligroso.
Redondo añadió que la prioridad es limpiar el sitio y luego se procederá con una orden para demoler los restos de las estructuras, ya que de lo contrario podrían atraer a indigentes.
Madera facilitó llamas. En entrevista con La Nación, Catalina Aragón, ingeniera de Bomberos, explicó que el Hotel Rex constaba de dos partes: la inferior, construida con bahareque, y la superior, totalmente de madera, lo que facilitó la rápida extensión del fuego.
En cuanto a los comercios circundantes, dijo que están construidos con concreto, lo que ayudó a contener el avance del incendio. Sin embargo, las llamas se propagaron a través de los techos.
Actualmente, el departamento de Ingeniería de Bomberos no puede confirmar el origen del fuego. No obstante, Aragón dijo: “En esta época, con vientos más fuertes, es posible que una colisión entre las líneas eléctricas y las estructuras haya desencadenado un cortocircuito”.
Las investigaciones sobre esta y otras posibles causas del siniestro continúan en curso.
Durante la emergencia, ocho personas fueron atendidas por exposición al humo y agotamiento. Esteban Solano, despachador del Cuerpo de Bomberos, informó de que un bombero fue trasladado al hospital de Cartago luego de sufrir una caída durante el operativo, aunque se encuentra estable.