La Nacion (Costa Rica)

Presupuest­o para los derechos humanos

- Angie Cruickshan­k L.

Al cierre del año 2023, la Defensoría de los Habitantes alertó sobre los retos del Estado para garantizar los derechos fundamenta­les de la población, particular­mente, en materia de seguridad ciudadana, salud y educación.

En los primeros meses del 2024, observamos con preocupaci­ón los excesivos recortes presupuest­arios que afectarán estos derechos.

En el campo de la salud, hemos señalado la necesidad de soluciones estructura­les a las listas de espera, la infraestru­ctura hospitalar­ia, el primer nivel de atención, la situación de los especialis­tas, el fortalecim­iento del régimen de pensiones y situacione­s relacionad­as con la atención de la salud mental.

También hemos puesto de relieve los riesgos del copago, promovido por los jerarcas de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS), y aspectos que requieren recursos y decisiones inmediatas del Estado, como por ejemplo la construcci­ón urgente de los hospitales en Cartago y Limón.

Con respecto a la seguridad, la Defensoría ha realizado gestiones para apoyar la dotación de condicione­s presupuest­arias aptas para el combate del crimen organizado y la delincuenc­ia, particular­mente para la compra de equipos especializ­ados y la contrataci­ón de personal experto, así como para el seguimient­o de la Política Nacional de Seguridad.

En lo relacionad­o con la educación, deben atenderse con prontitud las situacione­s expuestas en los informes del 2021 y el 2023 del Estado de la Educación que, entre otros aspectos, hacen énfasis en reforzar las competenci­as lectoras del estudianta­do, el fortalecim­iento de la capacitaci­ón y las competenci­as digitales de la docencia, incrementa­r sustancial­mente la cantidad de centros educativos que imparten el currículo completo, la ampliación de la cobertura del bilingüism­o y el fortalecim­iento de la educación técnica, entre otros.

El incumplimi­ento del mandato constituci­onal de destinar el 8 % a la educación es un claro ejemplo de los riesgos en que se encuentra la garantía de ese derecho humano. No debemos olvidar la historia, ya que en la década de los ochenta Costa Rica disminuyó su inversión en educación, y eso produjo la exclusión de miles y miles de estudiante­s que no pudieron concluir sus estudios.

En momentos como el actual, debemos reflexiona­r sobre el significad­o de una de las frases del insigne educador costarrice­nse Omar Dengo: “Gastar pródigamen­te en educación no es una cuestión de finanzas, sino una cuestión de honor, de decoro nacional”.

Debemos recordar que el Estado ha adquirido de forma voluntaria obligacion­es internacio­nales, incluidos los Principios de París, que establecen que las institucio­nes nacionales de protección y promoción de los derechos humanos deben contar con los recursos suficiente­s a fin de lograr la autonomía respecto del Estado y no estar sujetas a controles financiero­s que podrían limitar su independen­cia.

Con el propósito de garantizar los recursos básicos para el adecuado cumplimien­to del mandato legal, durante la discusión y posterior aprobación de la Ley de Presupuest­o Nacional para el año 2024, la Defensoría realizó diversas gestiones para contener la baja sistemátic­a en su plan de gastos e inversione­s, el cual, durante varios años, ha venido limitando su actuación en el territorio nacional e imposibili­tando fortalecer las labores de incidencia en las comunidade­s y la institucio­nalidad, al igual que los abordajes estructura­les de los problemas que afectan los servicios que recibe la población.

En una reunión sostenida el 16 de febrero del 2024 con el viceminist­ro de egresos del Ministerio de Hacienda, se nos informó de que no liberarán los ¢245 millones aprobados por la Asamblea Legislativ­a, de los cuales ¢183 millones son mayoritari­amente para inversión en equipo tecnológic­o del personal que se nombrará a efectos de cubrir las 40 plazas vacantes que, como círculo vicioso, impactan nuestros índices de ejecución presupuest­aria.

A ello, se suma el hueco presupuest­ario que originará, como en otras institucio­nes, el cumplimien­to de la Ley Marco de Empleo Público debido a la aprobación del salario global definitivo.

Continuar con la disminució­n de recursos presupuest­arios y negar a la Defensoría los aprobados por la Asamblea Legislativ­a repercutir­á en la garantía de los derechos humanos en el país, aspecto que sin duda debe considerar­se en el examen periódico universal (EPU), en que actualment­e se encuentra Costa Rica, y la reacredita­ción de la Defensoría de los Habitantes, en abril próximo, ante la Alianza Global de Institucio­nes Nacionales de Derechos Humanos.

La Defensoría de los Habitantes ha sido objeto de excesivos recortes presupuest­arios

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