Bahía de Cartagena se hunde debido a calentamiento global
CARTAGENA. Cada año, el nivel del mar sube y se traga a cuentagotas la bahía de Cartagena. Las calaveras expuestas de un cementerio arrasado por las olas son una prueba de los efectos del calentamiento global en la ciudad más turística de Colombia, que podría quedar parcialmente bajo el agua este siglo.
La líder comunitaria Mirla Aaron se escandalizó cuando vio en la orilla los huesos de antiguos habitantes de Tierra Bomba, una isla ubicada frente al lujoso sector hotelero de Cartagena.
El mar “arrasó 250 viviendas de la comunidad, el puesto de salud, muelles (...). Se llevó varios salones comunitarios, infraestructura eléctrica y el cementerio”, cuenta a esta agencia la mujer, de 53 años.
Las tumbas destruidas, que estaban a una distancia prudente del mar Caribe, son tan viejas que no hay información de familiares para que se encarguen de recoger los restos.
Colombia se consolidó como uno de los destinos turísticos preferidos por los costarricenses. Durante el 2023, cerca de 125.000 viajeros procedentes de Costa Rica visitaron ese país.
En Cartagena, al problema de los efectos del cambio climático se suma el hecho de que el principal puerto comercial de Colombia fue construido en un terreno con cavidades subterráneas que colapsan, lo que provoca su hundimiento.
La revista científica Nature publicó en el 2021 un estudio de académicos sobre la problemática en esta ciudad de casi un millón de habitantes: desde inicios del siglo XXI, el nivel del mar crece anualmente unos 7,02 milímetros, “un ritmo superior” a la media global (2,9 milímetros).
Si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, el mar subirá en la bahía 26 centímetros para el 2050 y 76 centímetros para el 2100, aseguran los investigadores de las universidades de Zagreb, la Internacional de Miami y la local EAFIT.
Paredes caídas. “El aumento en el nivel del mar en la zona costera de Cartagena se debe a dos factores”, explica el científico ambiental canadiense Marko Tosic, uno de los autores de la publicación.
Primero, por la vulnerabilidad de la ciudad ante el calentamiento del planeta, pero también debido a la “subsidencia” o “hundimiento de la tierra”, que ocurre “por factores tectónicos” y la presencia de “volcanes submarinos”.
Hace más de 400 años, en Cartagena se levantó una fortaleza de murallas para defender las riquezas de los colonizadores españoles de los piratas. Estas edificaciones son una de las razones de su excepcional belleza, que le valió ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Actualmente, las autoridades construyen con maquinaria 4,5 kilómetros de barreras de piedra (espolones) que amortiguan el impacto de las olas. La alcaldía asegura que, sin estos, el 80% de los barrios estarían en riesgo de inundación.
Esta agencia observó casas con paredes caídas al borde del mar, un restaurante inundado donde los trabajadores intentaban sacar el agua que incomodaba a los comensales, y líneas de energía otrora subterráneas expuestas por la erosión.
Kelly Mendoza se mudó a una casa cerca de la orilla en Tierra Bomba hace una década. Desde entonces, dos de sus vecinos perdieron sus hogares porque el agua los derrumbó. En el suyo, las olas ya golpean contra la habitación donde duerme con su esposo.
Futuro complicado. Tosic advierte de que el crecimiento del Caribe es paulatino, pero llegará a ser letal. Es un cambio “muy pequeño; estamos hablando de milímetros a través de los años, pero (...) se sentirá la inundación”.
Según el investigador, las poblaciones pobres tendrán menos recursos que las zonas de los grandes hoteles para responder ante la fuerza de la naturaleza.
Mauricio Giraldo, otro líder local y representante de pescadores, se queja de que el escudo de espolones protege los atractivos turísticos y la alta hotelería, pero cambia la corriente marítima y afecta las zonas donde viven los más vulnerables.