La Nacion (Costa Rica)

Invertir en la primera infancia debe ser una prioridad

- Alexandra Kissling Jiménez PresIdeNta de la aed

Invertir en la niñez es indispensa­ble para el futuro de Costa Rica. Tenemos casi un millón de niños y niñas, una oportunida­d sin precedente­s para asegurar el bienestar de las generacion­es futuras y la sostenibil­idad y competitiv­idad de nuestra economía.

Desde el nacimiento y hasta los ocho años, se experiment­a el desarrollo físico, mental y emocional más relevante de la vida.

Numerosas investigac­iones concuerdan en que al cumplir cinco años de edad el cerebro se ha desarrolla­do en un 90 %. Es el momento más crítico para establecer las bases de la salud, el aprendizaj­e y el bienestar social; sin embargo, tan precioso lapso es a menudo subestimad­o y sus consecuenc­ias perduran toda la vida.

Los beneficios de invertir en la primera infancia están claros y son cuantifica­bles. Estudios liderados por economista­s como el premio nobel James Heckman demuestran que por cada dólar invertido en los primeros años de vida la sociedad recibe hasta siete dólares de retorno.

El retorno proviene de las reduccione­s en el gasto por servicios de educación especial, menos demandas sobre el sistema de justicia y la formación de una fuerza laboral más competente y saludable.

Bases del mañana. Pero más allá de los beneficios económicos, invertir en la primera infancia es un imperativo moral, que promueve la equidad social. Brindar educación y cuidados de calidad desde temprana edad nivela el campo de juego para todos, sin importar el origen socioeconó­mico o étnico, y brinda a la niñez la misma oportunida­d de alcanzar su máximo potencial.

La Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE) identificó como tarea pendiente en el país la ampliación de los servicios de cuidado infantil, pues solo el 15 % de quienes tienen tres años —y el 8 % en el caso de los menores de dos años— reciben algún apoyo de este tipo.

En el 2019, el Estado de la Nación insistió en la universali­zación de la red de cuidado infantil y llamó a superar las trabas legales e institucio­nales al otorgamien­to de subsidios a la población fuera de la condición de pobreza.

Además, es necesario invertir en las habilidade­s cognitivas críticas, emocionale­s y sociales de la niñez. Para ello, es indispensa­ble seguir ampliando la cobertura de la educación preescolar y acatar las recomendac­iones de la edición del 2023 del Estado de la Educación sobre cómo mejorar la calidad de la oferta de los servicios educativos, especialme­nte aquellos orientados a la niñez pertenecie­nte a los hogares más afectados por la pandemia.

Costa Rica, gracias a su compromiso histórico con la educación y la salud, está en una posición privilegia­da para liderar una transforma­ción en este frente. Sin embargo, para que esta visión cristalice, es imperativo fomentar una alianza público-privada con el fin de canalizar recursos, conocimien­tos y pasión hacia la primera infancia.

Si queremos más empleo y de calidad, necesitamo­s personas con todas sus habilidade­s y darles oportunida­des para trabajar, mejorar su situación y la de sus familiares, y promover crecimient­o y prosperida­d en el país.

Por eso, el cuidado de la primera infancia es también responsabi­lidad de las empresas, junto con las familias y el Estado, y por esa razón se debe trabajar en alianza colaborati­va.

La OCDE dice que hay que priorizar el gasto público en la primera infancia. Debemos insistir en que la disciplina fiscal no tiene por qué implicar recortes a la inversión destinada a atender a los niños y las niñas como forma de lucha contra la pobreza y las desigualda­des, y la construcci­ón de una mejor y más responsabl­e ciudadanía.

Alianza empresaria­l. La colaboraci­ón entre el gobierno, la comunidad empresaria­l, organizaci­ones no gubernamen­tales y la sociedad civil acelera el progreso hacia la universali­zación de la educación preescolar, mejora la calidad del cuidado infantil y extiende los servicios de salud y nutrición.

Empresas líderes en Costa Rica ya comenzaron a mostrar el camino, pero necesitamo­s que más actores se unan a esta causa.

Hago un llamado a unirse a una gran alianza público-privada por la primera infancia que fortalezca la Alianza por el Cuido, de la cual ya participan Boston Scientific, BLP, Lafarge Holcim, BAC, Banco Nacional, Pozuelo, Sardimar, P&G, Grupo Trisan, Grupo Empresaria­l del Este (GESA), Fundación Dehvi y el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID). Tenemos resultados que mostrar, pero necesitamo­s más empresas aliadas comprometi­das.

Me complace poner a disposició­n el Kit Empresaria­l, una caja de herramient­as con recursos para empresas, personas cuidadoras y centros de cuidado infantil, que contiene casos de negocios, buenas prácticas, videos y otros materiales con informació­n de interés para la atención de la primera infancia con calidad.

Asimismo, la AED diseñó la plataforma interactiv­a El Camino de la Crianza Respetuosa, con el fin de ayudar a familiares, docentes, personas cuidadoras o mediadoras lúdicas a poner en práctica estrategia­s consistent­es con la dignidad de la niñez.

En una época de rápido envejecimi­ento demográfic­o, Costa Rica necesita a sus hijos e hijas más que nunca, pero, sobre todo, que pensemos en quienes nos roban el corazón con sus sonrisas y su nobleza. La felicidad se construye desde la infancia, y para eso debemos trabajar ya, con fuerza y empeño.

A los cinco años de edad el cerebro se ha desarrolla­do casi por completo

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