Contratación de Guimaraes se cerró en casa de Joseph Joseph
Firma del timonel quedó apalabrada desde la primera reunión
Alexandre Guimaraes trabaja a toda máquina con Liga Deportiva Alajuelense para el partido del domingo 24 de marzo contra Liberia, en el Estadio Edgardo Baltodano. El duelo en la pampa marcará su retorno como técnico al campeonato nacional.
Su presentación oficial al mando de Alajuelense fue el 12 de marzo, unas horas después de que firmó el contrato. Sin embargo, la realidad es que él estaba apalabrado desde cuatro días antes.
Todo pasó rápido: la Liga y Guimaraes se encontraron en lo que ambas partes ven como el momento preciso. Los rojinegros regresaron al país la noche del 14 de marzo, tras su derrota en Boston (4-0), y a las 11 p. m. se dio a conocer la salida del técnico Andrés Carevic. A la mañana siguiente, la Junta Directiva y el área deportiva del León trazaron su plan a seguir y se contactó a Guima para que fuera a una reunión.
La cita se fijó para ese viernes, en la casa del presidente manudo Joseph Joseph. Ahí también se encontraba el director deportivo Javier Santamaría. Desde que lo vieron entrar, ambos sabían que era el elegido. Y en el caso de Guima, él no tenía dudas del paso que quería dar.
Alajuelense se fijó en Guimaraes por varios motivos, pero los principales son que maneja a la perfección la industria del fútbol, conoce de memoria a los jugadores y tiene mucha experiencia.
“¿Conoces de los flechazos? De primera vista, cuando ves a alguien y dices: ‘Esta es la persona’. Me pasó con el señor. Cuando entró a la casa de don Joseph Joseph, lo tuve claro. Cinco minutos de conversación fueron suficientes para estar seguro de que él era la persona indicada”, expresó Santamaría.
Ese mismo efecto se produjo en los directivos y resultó recíproco. Ahí mismo, Guima supo que no debía pensar más, al encontrarse ante uno de esos retos que, como él mismo confesó, le fascinan.
Justo en ese instante, el técnico analizaba un par de opciones para dirigir en Sudamérica y, aunque no había trabajado en esos países, el contacto de Alajuelense le resultaba más que interesante.
Los presentes en la reunión se habían visto antes en ambientes del fútbol, solo que esa tarde, el encuentro fue diferente a cuando Guimaraes acudió al Estadio Alejandro Morera Soto para ver jugar a su hijo, Celso Borges.
Aunque estuviera en una butaca como papá o que lo hiciera frente al televisor, es imposible que él no observe un partido de una manera distinta. En su caso, gracias a eso, lleva un trabajo adelantado. En su mente tiene más que claro cómo es el equipo y algunas ideas que, a su criterio, pueden funcionar. Como esa decisión de darle oportunidad al contención Kevin Cabezas.
Con solo escucharlo. La Nación sabe que cuando los presentes en esa reunión lo escucharon hablar formalmente de trabajo, de lo que él piensa y del equipo que formaría, hubo una reacción por consenso: “¡Claro! Esta es la persona que necesitamos hoy”.
En plena conversación, Guimaraes les dijo que descartaba las opciones que tenía porque elegía a Alajuelense, con un sueño de asumir el exigente reto y hacer a la Liga campeón.
El proceso de negociación lo hizo la parte deportiva. Con el representante se hablaron los temas económicos y, ese mismo viernes, se contactó a los brasileños que lo acompañan en su cuerpo técnico desde que se marchó a la India. Al asistente técnico Juliano Silveira y al preparador físico Martinho Do Prado los llamaron y también dieron el sí. El sábado les compraron los tiquetes aéreos y llegaron al país el martes, justo el día en el que lo que ya estaba apalabrado, quedó firmado en el contrato.
En la Liga ven a Guimaraes como un técnico que inspira confianza, capacidad y profesionalismo, con una experiencia acumulada de la que no cualquiera puede alardear. Sabe ser campeón en situaciones de presión y, siendo un trotamundos en el fútbol, le tocó manejar figuras complicadas. Eso llamaba la atención.
Una fuente a lo interno de Alajuelense contó a La Nación que, desde el primer entrenamiento, se notó un cambio en general en las caras de los jugadores, en la actitud y en la aptitud del grupo.
“Es como cuando pasás un duelo, se te fue una persona muy querida y la vida continúa. Queremos ver cómo mejora todo y llega una persona que nos está dando esa esperanza. Las caras largas que venían de Boston y de Guanacaste, se convirtieron en rostros de esperanza”, dijo la fuente.
La misma impresión tuvo el vocero manudo, Marco Vásquez, quien reseñó que él mismo le consultó a Guima cómo había sentido a los jugadores después de esa sesión y le respondió que estaba muy contento por todo.
“Dijo que los vio quebrados emocionalmente y una vez que estuvo con ellos, sintió que hay una motivación especial por levantar esto”, reseñó.
“Tenemos ahora al frente a un técnico de una trayectoria importante. Ha tenido éxito, no solo como jugador, sino como técnico, y lo más importante es conjugar eso, que esa relación de un técnico de este nivel se traduzca en goles y campeonatos (...). La Liga tiene el mejor técnico en el fútbol centroamericano”, añadió.
Vásquez tiene claro que nada se logra con contar con lo mejor, si en la cancha eso no se refleja, si no logran darle a los aficionados nuevas alegrías.
Con solo dos entrenamientos, el estreno de Guima generó la sensación de que la Liga se liberó de esa tensión asfixiante. El empate (1-1) contra New England Revolution no simpatizó a los jugadores rojinegros, porque querían ganar ese partido por la Copa de Campeones de Concacaf.
Sin embargo, también entendieron que sí se pueden levantar y que tienen con qué hacerlo. Eso lo que Guima y sus hombres quieren demostrar el domingo, en Liberia. *