Mujer irá a la cárcel 19 años por el asesinato de Manfred Barberena
Una mujer de apellidos Vargas Solano fue condenada ayer a 19 años de prisión por el asesinato de Manfred Barberena, joven de 23 años que falleció luego de sufrir un asalto en cuesta de Moras, San José, el 24 de junio del año 2022.
El otro hombre implicado, apellidado Díaz Mejía, fue absuelto debido a la falta de pruebas; el tercer involucrado, de apellidos Chacón Parajeles, será sometido a un nuevo juicio, pues su abogado estará incapacitado por un mes y este plazo excede el tiempo en que el Tribunal podía mantener el debate suspendido.
Tanto Vargas Solano como Díaz Mejía tenían expediente delictivo antes de atacar al joven.
Jonathan Chaves, abogado de la familia de Barberena, dijo a La Nación que no descartan la posibilidad de apelar la sentencia. No obstante, tomarán la decisión una vez analizada la resolución final del caso.
El Ministerio Público había solicitado ayer una pena de 35 años de cárcel para dos de los tres sospechosos del asesinato.
El fiscal Alexánder Mora describió en sus conclusiones cómo los tres imputados conspiraron para llevar a cabo una golpiza y robar las pertenencias de Barberena, a quien apuñalaron cuando opuso resistencia.
La noche del crimen, el joven regresaba de su trabajo y caminaba hacia la parada de autobuses de San Pedro de Montes de Oca cuando fue interceptado y apuñalado en el tórax.
A como pudo llegó hasta un local donde pidió ayuda. Sin embargo, las heridas eran muy graves y perdió la vida dos días después en el Hospital Calderón Guardia.
A los tres imputados se les acusó de robo agravado y homicidio calificado.
Caso cercano. El caso de Barberena cobró relevancia después de otro incidente similar ocurrido ocho días más tarde: el asesinato de Marco Calzada, de 19 años, en circunstancias similares frente al arco chino en la avenida segunda, en San José, muy cerca del lugar donde apuñalaron a Barberena.
En ese juicio, se dictó sentencia de 24 años contra dos jóvenes el 15 de agosto del año pasado.
Barberena era vecino de Salitrillos de Montes de Oca, trabajaba en una empresa de mudanzas y estudiaba inglés.
Soñaba con ser criminólogo, comprar un automóvil y brindarle una casa a su madre, Florencia Novoa, quien al comenzar el debate (el 19 de febrero), expresó lo difícil que fue revivir la muerte de su hijo durante el juicio.