Yokasta quedó ‘congelada’ la primera vez que boxeó
› Tica enfrenta la pelea de su vida, el 29 de marzo, ante Seniesa Estrada
Las carcajadas de Yokasta Valle resonaron en el salón mientras narraba sus inicios en el boxeo, como parte de una charla motivacional para las ciclistas que participaron en el evento Kivelix Kölbi Trophy 2024, en Reserva Conchal, Guanacaste.
A través de la aplicación Zoom, desde Los Ángeles, Estados Unidos, Yoka contó a las ciclistas, en una amena exposición, los duros momentos que pasó, sus pensamientos de retirarse prematuramente, los días en los que no tenía dinero para pagar los pasajes de autobús y hasta el miedo de enfrentar su primera pelea.
Valle está en su campamento de preparación para el combate con la estadounidense Seniesa Estrada, el viernes 29 de marzo, en el que buscará unificar los títulos mundiales de las 105 libras. Será el duelo más importante de su carrera deportiva.
No obstante, sacó tiempo de su agenda para animar a todas las pedalistas que asistieron al evento, para que no se dieran por vencidas y lucharan contra todos aquellos obstáculos que se les presentan en el camino. Les contó un par de anécdotas que marcaron su carrera.
“Me gustaba el fútbol, pero mi papá me llevó a un gimnasio y me preguntó si quería boxear. Empecé a entrenar y poco a poco fui aprendiendo, aunque no estaba convencida de que lo mío fuera el boxeo y mucho menos de que iba a vivir de esta disciplina”, narró Valle.
La deportista recordó que después de varias semanas de asistir a las prácticas, el entrenador le preguntó si quería pelear.
Ella admite que no estaba muy segura, pero finalmente aceptó: para eso había llegado al gimnasio y, además, tenía que demostrarse a sí misma que podía.
“El día de la pelea me puse el protector, los guantes y, cuando estaba en el cuadrilátero y escuché la campana, me congelé. No quería pelear, estaba y me quedé sin moverme. Me devolví a mi esquina y le dije al entrenador que me quitara los guantes, que no quería pelear”, detalló Valle.
La campeona se ríe de esa ocurrencia. Les insistió a las mujeres, quienes la seguían atentas, que nada es fácil y se deben vencer los temores para lograr los objetivos.
“Mi entrenador me dijo que no, que saliera a pelear, pero yo le decía que me quitara los guantes, que no lo iba a hacer. Al ver que mi entrenador no me hacía caso, me di la vuelta y la rival se me vino encima y me dio un golpe en la cara. Allí reaccioné y me fui con todo contra ella, le pegué como cuatro golpes de la cólera y gané la pelea”, contó entre risas.
‘Ring’ mojado. Yokasta también relató las confusiones que vivieron ella y su entrenador durante su primera pelea por un título mundial, cuando estuvo expuesta a un momento angustiante e impensable.
El combate del 16 de diciembre del 2016 contra la mexicana Ana Victoria Polo, en el que estuvo en juego el cinturón de las 102 libras (peso átomo) de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), se realizó a un costado del quiosco del parque Central de San José.
“Mi promotor, Mario Vega, me preguntó si quería pelear por un título mundial y le dije que claro. Entonces, junto a la Municipalidad de San José, se organizó el combate y se instaló el cuadrilátero en el parque Central. Recuerdo que la gente iba y venía con sus compras navideñas, porque era diciembre. Pocas personas sabían que ese día una mujer disputaba un título mundial de boxeo”, recordó Valle.
Yoka mencionó que el lugar donde se instalaron los camerinos para los boxeadores fue dentro del quiosco. Además, contra todos los pronósticos, empezó a llover a mitad de la pelea, lo que representó un gran problema.
“Como no habíamos previsto que lloviera por la época, el ring no tenía techo y con la llovizna, el piso estaba muy mojado. Me resbalaba, no podía dar pasos laterales, que era lo que tenía que hacer ante la estrategia de la oponente, y eso nos dificultó hacer nuestra pelea”, admitió Valle.
No obstante, aquel inconveniente no fue el único que tuvo que sortear Yoka, quien daba lo mejor de sí para quedarse con el primer título mundial de su carrera.
“Mi entrenador me dijo: ‘Yoka, es el último round, debes darlo todo, salir a morir’. Yo le hago caso y lo doy todo hasta quedar exhausta. Cuando suena la campana, levanté la mano y me devolví a mi esquina. Mi entrenador me dice: ‘Venga siéntese, falta uno’. Le digo: ‘¿Cómo? Si usted me dijo que era el último’”, agregó.
“Resulta que, por las limitaciones económicas, no contábamos con una modelo que llevara el cartel de los rounds frente al público y frente a nosotros, por lo que mi entrenador perdió la cuenta y yo también. Como pude, me levanté y fui al centro del cuadrilátero, estaba agotada y casi no podía levantar los brazos.
”Al final, gané el combate y mi primer título mundial”, finalizó, orgullosa.