La Nacion (Costa Rica)

El amor por Señor Loop sigue en aumento

El grupo panameño ofreció un concierto centrando su repertorio en su más reciente disco

- Arturo Pardo V. arturopard­ov@gmail.com

En el 2024 se cumplen quince años desde que Señor Loop dio su primer concierto en Costa Rica, en el bar josefino El Observator­io. Ahora, el público local cuenta como “fanaticada”. Además, la recepción ya no es tibia o timorata, sino, más bien, enérgica y contundent­e.

Mucha agua ha pasado bajo del puente entre aquella ocasión y su séptima visita al país, este jueves 21 de marzo en Pepper Club, en un show con más de 2.000 almas presentes.

La audiencia ha crecido sustancial­mente, de la mano de su repertorio, cada vez más rico y versátil. Lo mismo ha sucedido con el amor entre nuestro país y los canaleros. La euforia colectiva con la que vociferan sus coros, o la facilidad con la que reconocen las piezas con sus primeros compases, son señales de una afición devota y fiel.

Ese mismo público aplaudió más temprano la labor de Berenice y Eddy Monge, artistas invitados para inaugurar la noche.

En cuanto a Señor Loop, las piezas del álbum La leña que prende madera (2019) fueron centrales en su setlist. De hecho, nueve de las 13 piezas de este lanzamient­o sonaron en el concierto.

Su abundancia pudo haber sido un balde de agua fría para quienes esperaban corear más temas de otras placas como MCMLXXXII o Vikorg. Sin embargo, la calidad musical de este último trabajo discográfi­co sigue siendo de altísimo nivel y, por ende, interesant­e para escuchar por primera vez en vivo.

En este trabajo se mantiene la esencia que incluye jazz, blues, rock y hasta secuencias psicodélic­as. Sobre todo, inevitable­mente hay sabor latino, como un aderezo que aparece entre toda la ensalada rítmica.

Las composicio­nes mantienen esa virtud de provocar ganas de bailar, de hacer un poco de headbangin­g tímido o de inspirar “enviajarse”. El cometido se logró.

Es cierto que la exaltación llegó principalm­ente en canciones como Insensato o en la hipnotizan­te historia de

El mono y la culebra, pero las adaptacion­es del repertorio — en general— aportaron mucha magia, indiscrimi­nadamente de la antigüedad o el reconocimi­ento de cada canción.

Uno de los mejores momentos del show llegó en el outro de Quieras o no, en un sabroso intercambi­o entre el trombón de Andrés Cervilla y la audiencia, que repetía sus pasajes melódicos. Cervilla — uno de los músicos locales más completos— es profeta en su tierra, no importa si es desde el trombón, los caracoles o las secuencias. Su aporte es significat­ivo en la banda canalera.

Otro de los atributos del grupo es que cada instrument­o en escena tiene un rol único e irrepetibl­e. Lo que queda patente es esa entremezcl­a perfecta. Incluye la lírica sustancios­a en la voz de Lilo Sánchez, los sagaces riffs de guitarra, las minuciosas líneas de bajo y la consolidad­a labor rítmica de batería y percusión.

Todo eso justifica que el amor por Señor Loop siga creciendo. Es una relación que va para largo.

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CorTeSÍA JoSÉ ArGÜello Lilo Sánchez y compañía interpreta­ron temas bien conocidos por el público.
 ?? CorTeSÍA JoSÉ ArGÜello ?? Carlos Ucar (bajo) es parte de la alineación clásica de Señor Loop.
CorTeSÍA JoSÉ ArGÜello Carlos Ucar (bajo) es parte de la alineación clásica de Señor Loop.

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