Tasa de política monetaria, ¿hasta cuándo tan alta?
Costa Rica tiene un régimen de metas de inflación y un régimen de flotación administrada del tipo de cambio, que persiguen, respectivamente, estabilidad de precios y proporcionar cierta estabilidad al precio del dólar.
Para la estabilidad de los precios, la herramienta fundamental del Banco Central (BCCR) es la tasa de interés de política monetaria (TPM) y para la estabilidad del tipo de cambio el BCCR realiza intervenciones esterilizadas en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex), orientadas a suavizar los movimientos de las divisas.
Para controlar la inflación que experimentó el país principalmente durante el 2022, el BCCR subió la TPM. De hecho, le tomó 12 meses elevarla del 0,75 al 9 %, un incremento de 825 puntos base.
Ahora bien, en los últimos nueve meses ha habido deflación, y los indicadores de inflación en general, e incluso la subyacente, han estado por debajo del límite inferior del rango de tolerancia. A pesar de ello, al BCCR le ha tomado 18 meses bajar la TPM tan solo 375 puntos base.
En los últimos 50 meses, la inflación ha estado dentro del rango de tolerancia alrededor de la meta (3 % +/- 1 %) solamente durante 6 meses, es decir, el BCCR ha fallado durante 44 meses en su intento por mantener la inflación en el rango definido.
¿Y la credibilidad de la política monetaria del BCCR? Consideremos otro ejemplo: las previsiones del BCCR acerca de cuándo retornaremos al rango meta.
En el informe de política monetaria de enero del 2024, señaló que “tanto la inflación general como la subyacente retornarán al rango de tolerancia alrededor de la meta en el cuarto trimestre del 2024”, pero en el informe de enero del 2023 indicó que la inflación retornaría al rango de tolerancia alrededor de la meta a finales del 2023, “en el caso de la inflación general”.
Recuérdese que en diciembre del 2023 estuvimos lejos de la meta de inflación, concretamente en -1,77 %.
En economías abiertas como la costarricense, hay un efecto traspaso entre el tipo de cambio y la inflación. Si hay mucha volatilidad cambiaria, la incertidumbre frena la inversión y el crecimiento económico, se pierde competitividad y se producen descalces en distintos sectores (por ejemplo, endeudamiento en dólares de quienes no generan divisas).
Por ello, no es de extrañar que los efectos adversos de las aún altas tasas en colones y la apreciación brutal del tipo de cambio estén siendo nocivos para muchas actividades económicas (turismo, exportaciones, etc.) y originen un incentivo perverso hacia la obtención de créditos en dólares para agentes no generadores de la divisa.
El artículo segundo de la Ley Orgánica del Banco Central establece como primer objetivo de la entidad “promover el ordenado desarrollo de la economía costarricense, a fin de lograr la ocupación plena de los recursos productivos de la Nación, procurando evitar o moderar las tendencias inflacionistas o deflacionistas que puedan surgir en el mercado monetario y crediticio”.
Seguir manteniendo la TPM en niveles altos, propiciados por la lentitud de los ajustes en ella, parece cada vez más consecuente con una política monetaria desajustada y al margen de la realidad económica del país.
Los lentos ajustes en la tasa de política monetaria restan credibilidad al BCCR