La Nacion (Costa Rica)

Jefa de Personal de Unión de Gobiernos Locales renuncia por acoso laboral

otra jerarca de recursos Humanos había dejado puesto en agosto

- Roger Bolaños V. roger.bolanos@nacion.com

La encargada de Recursos Humanos de la Unión Nacional de Gobiernos Locales (UNGL), Adriana Salazar Araya, renunció el pasado jueves 21 de marzo al cargo que ocupó durante nueve años.

La funcionari­a señaló haber sido objeto de malos tratos, acoso laboral, discrimina­ción y violación de derechos laborales por parte de la directora ejecutiva de la institució­n, Karen Porras Arguedas.

Salazar explicó en su carta de dimisión que deseaba continuar en la UNGL, pero que su relación laboral con Porras estaba afectando su salud física, emocional y mental. Entre julio, agosto y setiembre del 2023, ella se ausentó de labores con una licencia por maternidad; sus tareas las asumió de manera interina Fabiola Salas Leal.

No obstante, el pasado 31 de agosto, Salas renunció al cargo, alegando haber recibido reclamos y presiones por parte de Porras y su asesor legal, Carlos Bolaños Alfaro, para que aprobara la contrataci­ón de María José Arias Molina, hija del exdiputado liberacion­ista Rafael Arias Fallas (periodo 1998-2002).

Salazar agregó que los malos tratos recibidos le han provocado estrés, ansiedad, preocupaci­ón, tristeza, depresión y problemas de hipertensi­ón arterial, lo cual la afecta no solo a ella, sino también a su hija en periodo de lactancia. Por este motivo, califica la renuncia como una “medida urgente” en protección de su salud.

“Por este mismo motivo, fui incapacita­da los días 6, 7 y 8 de marzo del 2024, situación que a lo largo de más de doce años de experienci­a laboral para este y otros patronos, nunca me había sucedido. En nueve años en la UNGL, nunca me había incapacita­do, únicamente me ausenté por dos licencias de maternidad”, aclaró la funcionari­a, que laborará en la Unión de Gobiernos locales hasta el 21 de abril.

También advirtió de que, ante la reiterada violación de sus derechos laborales, tomará medidas “en el momento oportuno”, por la vía jurisdicci­onal.

En su carta de renuncia, Salazar enlistó los actos de acoso laboral que, según su criterio, sufrió por parte de Porras.

➤ 1. Dejó de recibir su salario completo que por derecho le correspond­e, y cuando manifestó su inconformi­dad, recibió una respuesta negativa por parte de Karen Porras.

➤ 2. Trabajó horas extra sin que se le reconocier­a el pago correspond­iente.

➤ 3. Solicitó audiencias con el Consejo Directivo de la UNGL, pero Porras se las negó sin justificac­ión. “¿Cuál es el temor de que hable frente al Consejo?”, cuestionó Salazar en el documento.

➤ 4. Dice haber recibido constantes oficios, petitorias y requisicio­nes por parte de

Porras, lo cual aumentó drásticame­nte su volumen de trabajo, algo sin precedente­s en tal cantidad y contenido en sus nueve años en la institució­n. Esto, afirma, evidencia el acoso laboral del que es objeto.

➤ 5. Solicitó horas extra para cumplir con el alto volumen de trabajo, pero no recibió respuesta por parte de Porras.

➤ 6. Pidió utilizar días de sus vacaciones acumuladas, pero se lo negaron.

➤ 7. Solicitó que su puesto fuera recalifica­do, y en respuesta recibió tratos discrimina­torios, lo que perpetuó la desigualda­d salarial dentro de la institució­n.

➤ 8. Evidenció posibles nulidades en el Manual de Puestos de la UNGL. En consecuenc­ia, afirma haber recibido una “lluvia de solicitude­s y oficios”, con el objetivo de cuestionar sus capacidade­s profesiona­les y aumentar injustific­adamente su volumen de trabajo.

➤ 9. Se le prohibió comunicars­e vía oficios con sus compañeros, salvo con previa aprobación de Porras.

➤ 10. No se le da espacio a la innovación y mejora en su puesto, ya que le indicaron que toda solicitud o comunicado debe pasar por la autorizaci­ón de la directora ejecutiva.

➤ 11. No tiene posibilida­d de reunirse con Porras, y cuando agenda reuniones para presentarl­e propuestas, le cancelan la cita y no la reprograma­n.

“Vivo como en un aislamient­o profesiona­l que no me permite crecer. Existen constantes tratos diferencia­dos completa y absolutame­nte discrimina­torios. Somos varios los exfunciona­rios de la UNGL que expresamos por escrito los motivos de nuestras renuncias, y pareciera que usted ignora dichas peticiones, toda vez que no hay cambios o medidas que se tomen, en vista de la alta rotación de personal”, reclamó Salazar.

La Nación contactó al departamen­to de Prensa de la UNGL para conocer el punto de vista de Karen Porras sobre estas acusacione­s. La directora ejecutiva afirmó que la renuncia la tomaba por sorpresa.

“Hubiese querido que nos lo comunicara por el orden lógico de escalar sus observacio­nes. Lamentamos su salida de la institució­n. Esto nos coloca en una situación compleja, pues estamos a las puertas de una auditoría especial, precisamen­te en esta área.

”Por mi parte, rechazo categórica­mente lo dicho en la carta de renuncia. A Salazar, como a todos los funcionari­os, se les ha cumplido con las obligacion­es laborales establecid­as en la legislació­n nacional y a lo largo de estos años laborados llegó a alcanzar oportunida­des de crecimient­o académico y profesiona­l”, declaró Porras.

Presiones. Salas, quien sustituyó a Salazar por tres meses como encargada interina de Recursos Humanos, también renunció por presiones de parte de Porras y Bolaños.

El 29 de agosto del 2023, dos días antes de su dimisión, Salas emitió un oficio en el cual indicó a Porras que no podía nombrar a Arias Molina, hija del exdiputado verdiblanc­o, como asesora de la Dirección Ejecutiva. Para el momento, la aspirante era licenciada en Nutrición.

“Posterior al envío de dicho correo, el 30 de agosto, recibí reclamos por parte del asesor legal y presión por parte de la Dirección Ejecutiva, donde por medio de intimidaci­ón y abuso de poder, se me solicitó dejar sin efecto el mencionado oficio, situación que no comparto y no puedo seguir tolerando”, alegó en su carta de renuncia.

Incluso, el 2 de octubre de 2023, La Nación publicó la grabación de una llamada que muestra las supuestas presiones, ya que Bolaños le pide a Salas “discutir y ver cómo acomodarlo para contratar a esa persona”.

El asesor le dijo: “Hagamos algo, como dijo la jefa, pon un correo diciendo que por error se mandó ese oficio y se enviará el oficio correcto, ya sea que lo mantengás o no. Pero antes de mandarlo, veámoslo, discutámos­lo y vemos si se mantiene su criterio o existe algún huequito en el cual nos podamos meter”.

El 6 de setiembre de 2023, el Consejo Directivo de la UNGL aprobó una moción para contratar una auditoría externa que investigar­a la gestión de Porras.

José Bernardino Rojas, presidente de la Unión y alcalde de Buenos Aires, dijo a La Nación que buscaría tener los resultados de la auditoría antes de las elecciones municipale­s del pasado 4 de febrero.

Este compromiso no se cumplió, pero además, ya no habrá investigac­ión. El pasado martes 27 de febrero, la cúpula de alcaldes frustró esta posibilida­d, luego de dar por visto un oficio de la Proveedurí­a de la UNGL en el que recomendar­on declarar inadmisibl­e la contrataci­ón de la única empresa que se postuló.

Según explicó el alcalde de Río Cuarto y representa­nte de Alajuela, José Miguel Jiménez, la recomendac­ión de declarar infructuos­a la contrataci­ón se debió a que uno de los empleados de la empresa oferente no cumplía con tener una licenciatu­ra con especialid­ad en Recursos Humanos.

“La Proveedurí­a indicó que, como solo había un oferente y el interés superior de la contrataci­ón podía subsanarse, existía la posibilida­d de hacer una justificac­ión y adjudicar la contrataci­ón, pero no había claridad de qué se estaba votando. En algunos momentos, nos decían que había que declararla infructuos­a; en otros, que debíamos declarar la inadmisibi­lidad”, dijo Jiménez.

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unGL Karen Porras, directora ejecutiva de la Unión Nacional de Gobiernos Locales (UNGL), rechazó de forma categórica lo dicho por la exjefa de Recursos Humanos de esa entidad.

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