Alumnos de Santa Cruz ganan premio por crianza de cabras
› Estudiantes comercializan leche, queso y yogur de ganado caprino
Yeikol Ortiz, de 14 años, y Ehyni Rodríguez, de 17, son parte de un grupo de 10 estudiantes del Colegio Técnico 27 de abril, ubicado en Santa Cruz, Guanacaste, que fueron reconocidos por el IICA a nivel nacional por los logros alcanzados en su proyecto de crianza de cabras y producción de derivados.
Los jóvenes comenzaron en agosto de 2021 con el simple deseo de aprender y ahora comercializan leche y queso.
El interés por la actividad pecuaria, específicamente la crianza de cabras, surgió durante las clases de Educación Agropecuaria impartidas en el centro de estudios, como parte de las asignaturas especializadas. Wendy Gómez, profesora de los alumnos galardonados, recuerda que ellos mismos plantearon su interés en desarrollar un emprendimiento.
El apoyo inicial provino de la Comisión Nacional de Clubes 4S (Conac), adscrita al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Los jóvenes formaron un club y así comenzó a tomar forma el proyecto.
Yeikol afirma que el interés en desarrollar la producción caprina fue el motivador colectivo para emprender el camino. Actualmente, cursa el octavo grado de un total de 12 y el grupo está conformado por estudiantes de diferentes niveles.
Posteriormente, los jóvenes decidieron participar en una convocatoria lanzada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), con el respaldo de la Unión Europea (UE).
Así lograron obtener el ganado que actualmente totaliza 14 cabezas, tras una reciente adquisición de un ejemplar valorado en ¢400.000, financiado con recursos generados por el proyecto.
La profesora Gómez explica que el centro de estudios, con una matrícula actual de casi 700 estudiantes, se especializa en estudios agropecuarios. Ella es docente de gestión administrativa y tecnologías, y también egresada de este colegio.
Cuenta que los jóvenes fueron desarrollando interés en el ganado caprino poco a poco, debido a que su manejo es más sencillo en comparación con el ganado bovino, especialmente en temas de alimentación y espacio. Además,
querían resaltar los beneficios de la leche de cabra.
Una vez obtenida la leche, el grupo la procesa para elaborar queso y yogur, además de comercializar en la misma comunidad. Gómez explica que próximamente iniciarán la fabricación de yogures.
Por su parte, Yeikol señala que con el proyecto lograron ingresos para pagar a plazos el cabrito macho que adquirieron, además de comprar las pacas de alimentos, los envases y el etiquetado para la leche.
La alumna Ehyni Rodríguez detalla que el grupo está organizado como Club 4S
Agro27. Ella es la única fundadora que aún permanece; los demás, como ella y dos compañeros más que se graduarán este año, van dejando el grupo con la opción de formar otros grupos. Actualmente, ocupa el cargo de secretaria de la junta directiva.
Los planes del proyecto se centran en enseñar a los estudiantes a comercializar y generar valor agregado a los productos. Actualmente, están en la etapa de incremento del hato, impulsando el aumento de los niveles de preñez en las cabras para lograr mayor producción de leche e iniciar la elaboración de yogures.
Rodríguez comenta que la producción de ganado caprino es un tema nuevo en la zona y enfrenta muchos prejuicios. Por eso, les ha correspondido explicar a los productores que, con un buen manejo, se puede vender leche de calidad. Ellos producen, en la mejor temporada, 2,5 litros de leche por día y la pasteurizan de manera artesanal, con equipos obtenidos con los ingresos del proyecto.
La nutricionista Marcela Dumanni señala que la producción de leche de cabra es más económica y tiene menos impacto en el ambiente. Además, es más tolerada por personas con alergias o afectaciones por el consumo de lácteos del ganado vacuno. Este producto posee más proteínas, grasas, calcio, potasio y magnesio, importantes para el sistema muscular, los huesos y la salud cardíaca.
Señala que a algunas personas no les agrada el sabor de la leche de cabra porque lo encuentran “un poco hormonal”. Según Dummani, eso se puede solucionar manteniendo una separación espacial entre hembras y machos. Además, recomienda vigilar la higiene en el proceso de producción al darse a pequeña escala.
‘Almas’ de la ruralidad. A principios de marzo, el grupo de jóvenes fue reconocido con la mención de Almas de la Ruralidad a nivel nacional dentro de la iniciativa Líderes de la Ruralidad de las Américas, desarrollada por el IICA junto con los ministerios de agricultura y ganadería de cada país de la región. Este reconocimiento se otorga a los garantes de la seguridad alimentaria y que, simultáneamente, protegen la biodiversidad en el corredor seco de Centroamérica, desde Guatemala hasta Panamá.
El galardón fue obtenido por ser agentes de cambio y por el impacto que están generando en la comunidad. “Prefieren dejar sus recreos y su tiempo libre para cuidar las cabritas”, asegura la docente Wendy Gómez. Este reconocimiento fortalece el relevo generacional necesario en la actividad agropecuaria del país, comenta.
Yeikol Ortiz explica que todos tienen tareas diarias asignadas por parejas, incluyendo el ordeño, limpieza, proceso de pasteurización y alimentación. Cuando se gradúe, ella planea dedicarse a la ganadería caprina. Por su parte, Ehyni Rodríguez tiene en sus planes estudiar medicina veterinaria o zootecnia. Ambos recibieron en nombre de sus compañeros el premio otorgado por el IICA, en San José.
Ehyni relata que la mayoría de los miembros del club tienen emprendimientos propios, incluyendo la producción con cabras, huevos de codorniz, gallinas ponedoras, la crianza de cerdos y agroturismo, gracias a las capacitaciones obtenidas.
Pedro Avendaño, coordinador regional del proyecto Agro Innova del IICA, menciona que la iniciativa busca implementar innovaciones en sistemas agroforestales, tecnología y capacitación de capacidades. Para lograrlo, se han desarrollado diversas estrategias, una de las cuales es el Reto Joven Agricultura 4.0, dirigido a jóvenes productores.
Avendaño recuerda que cuando los jóvenes del grupo 27 de abril se percataron de esto, se organizaron y participaron en una especie de rally o competencia. Después de recibir capacitación, presentaron la propuesta del módulo silvopastoril con el ganado caprino.
La inversión otorgada fue de aproximadamente $10.000 en insumos, además de las cabras para iniciar el proyecto. Los jóvenes también han obtenido apoyo del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie) y de la Cámara Nacional de Productores de Leche.
Avendaño destaca que los muchachos continúan capacitándose por su cuenta con organizaciones privadas. El Proyecto Agro Innova del IICA ha respaldado a 47 organizaciones de jóvenes a nivel regional.