AyA calla información sobre cantidad de personas sin agua
En momentos de elevadas temperaturas, las quejas por falta de agua o irrespeto a horarios de racionamiento se hacen más frecuentes en las redes sociales. Sin embargo, el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) rehúye aclarar cuántas son las personas o poblaciones afectadas por los racionamientos o cortes sorpresivos del servicio.
La Nación solicitó los datos desde el 22 de marzo en dos ocasiones y las solicitudes ni siquiera tuvieron acuse de recibo. El lunes 25 de marzo se reiteró la consulta y, además, se pidió información sobre las razones de la inconsistencia en la comunicación de los horarios de racionamiento, pues se avisa hasta dos horas después de realizada la suspensión, como ocurrió este lunes en Tibás.
Mediante la oficina de prensa, los responsables aseguraron, en horas de la tarde, que prepararían un informe, pero al cierre de la edición, este nunca llegó.
De nuevo, ayer martes, este diario pidió la información tanto por WhatsApp como por correo, pero no hubo respuesta.
A las 3:27 p. m., la entidad envió la convocatoria a una conferencia este miércoles. Según la invitación, ahí explicaría la situación del abastecimiento del agua.
El 2024 ha sido crítico para el AyA, pues ha sumado una crisis tras otras relacionadas con la calidad y el suministro del líquido.
La noche del 22 de enero se alertó de la presencia de olor y sabor a combustible en el líquido que utilizan 107.000 pobladores de Goicoechea, Moravia y Tibás. La reacción del Instituto fue seriamente criticada y le costó el puesto al entonces presidente ejecutivo, Alejandro Guillén.
Días más tarde, se confirmó la presencia de un hidrocarburo en una de las fuentes que abastece la planta de Guadalupe, pero no se ha dicho cómo fue contaminada.
Entretanto, casi 70.000 habitantes de los Hatillos, al sur de San José, sufren constantes problemas de suministro, lo que lanzó a un grupo de vecinos a protestar con cierres en la carretera de Circunvalación. Los vecinos de Mata Redonda, Alajuelita y Escazú tampoco se han quedado atrás en sus reclamos.