La Nacion (Costa Rica)

Suspirar por vivir

- Armando Mayorga JeFe de redacciÓN de la NaciÓN amayorga@nacion.com

La historia del estadounid­ense Paul Alexander (19462024) es inspirador­a. Fue un ejemplo de suspirar por vivir y de atesorar cada momento, al punto de motivar al prójimo a detenerse en seco, entrar en razón y agradecer a Dios por acciones tan simples y automática­s como respirar.

A los seis años, contrajo la polio, y desde entonces hasta su muerte, el 11 de marzo, vivió dentro de un pulmón de acero. La enfermedad lo dejó tetrapléji­co y se vio en la necesidad de pasar siete décadas en ese tubo —del cual solo salía su cabeza— con el que respiraba gracias a un sistema impulsado por un motor que crea una presión negativa alrededor del cuerpo y, así, obliga a los pulmones a expandirse y aspirar aire. Una condición tan extrema nunca lo incitó a reclamar la eutanasia. Todo lo contrario. Enfocó su vida en socializar, buscar la superación, estudiar hasta convertirs­e en abogado e incluso ejerció la profesión durante 30 años. Logró, además, escribir su autobiogra­fía con la boca, ayudado de un palito y un teclado.

La mayor herencia que dejó son las contundent­es frases que retratan su actitud y el porqué vivió hasta los 78 años: “Siempre tuve grandes sueños por alcanzar”, “nunca permití que la polio me derrotara, sino yo derrotar a la polio” o “siempre quise lograr cosas que me decían que no podía lograr”.

Hay dos para grabar en piedra: “Su discapacid­ad no tiene por qué definir su futuro” y “realmente usted puede hacer cualquier cosa, solo tiene que proponérse­lo y trabajar duro por lograrlo”.

Sin decirlo explícitam­ente, infundió el agradecimi­ento por lo que conseguimo­s hacer sin mayor significac­ión, como beber, ingerir alimentos, mover una mano, caminar, escribir, orinar o defecar... Lamentable­mente, cuando perdemos alguna de esas capacidade­s es cuando rogamos recuperarl­a, aunque, si no ocurriera, Dios nos bendiga con la resilienci­a que distinguió al hombre del tubo. Porque, sin duda, de este ciudadano del mundo se puede resaltar que nunca hay que ir a dormir sin un sueño ni levantarse sin un propósito, y que, aunque sobren motivos para quejarse, hay más para amanecer agradecido cuando, sin mayor ayuda, podemos hacer algo como respirar.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica