‘sele’ exhibe esperanza e ilusión ante Argentina
› Costa Rica tuvo buen rendimiento ante la Albiceleste pese a la derrota
Después de un periodo de tormentas, en el que las dudas invadieron todos los puestos de la Selección Nacional, el equipo patrio encontró en una fecha FIFA, que podía poner a arder el ambiente futbolístico del país, la tranquilidad y la esperanza que necesita para arrancar e ilusionarse con un segundo semestre del 2024 histórico.
En la previa, el plantel dirigido por Gustavo Alfaro extrañaba a Celso Borges, también se preocupaba por el bajo rendimiento de Joel Campbell y no tenía un referente claro por el que los niños se ilusionaran o, al menos, se ejemplificaran en las mejengas del barrio.
Pero después del triunfo 3 a 1 contra Honduras y de la derrota, decorosa, por el mismo marcador frente a la selección campeona del mundo, Argentina, la percepción sobre el equipo de todos cambió.
Ahora, los pequeños en la escuela jugarán a ser Manfred Ugalde o Warren Madrigal, sin duda, también se mencionará en el ámbito de los porteros a Keylor Navas y uno que otro rudo dirá que tiene la bravura de Julio Cascante o Francisco Calvo.
Aunque el partido contra Argentina era solo un amistoso, sirvió para que los futbolistas ticos se demostraran a sí mismos que, pese a que el torneo costarricense es lento y en ocasiones da tintes de amateur, siempre se puede competir. También los legionarios nacionales dejaron claro que las diferencias no son tan marcadas; Álvaro Zamora enloqueció al Cuty Romero, jugador del Tottenham inglés, lo sacó tanto de las casillas que recibió una falta tras otra hasta que Romero fue sancionado con amarilla.
Manfred Ugalde hizo lo que quiso con Nicolás Otamendi, lo sacó de su zona de trabajo y lo llevó hasta la media cancha y ahí, con velocidad y habilidad, lo dejó hablando solo.
Así nació la primera anotación del duelo, porque sí: Costa Rica comenzó ganando. Ugalde picó desde media cancha tica, Otamendi quedó rezagado, la pelota salió del botín de Ugalde abierta hacia la izquierda, donde Álvaro Zamora la tomó y remató de izquierda para que Wálter Benítez dejara un rebote que el propio Manfred, que nunca dejó de correr, tomó para anotar.
La diana golpeó el orgullo del plantel de Lionel Scaloni, que empezó a pegar y entró en desesperación. Lo mejor que le pudo pasar a Argentina fue el final del primer tiempo, porque esto le permitió a Scaloni tomar aire y enrumbar a sus muchachos.
El segundo tiempo fue totalmente para Argentina; los campeones del mundo dominaron por completo y pasearon al equipo nacional; sin embargo, hay que destacar que la entrega no se puede cuestionar en Costa Rica. Aparecieron los goles de Ángel Di María, Alexis Mac Allister y Lautaro Martínez.
Aunque en el minuto 85 el marcador ya estaba definido y era difícil que la Sele consiguiera sumar, Haxzell Quirós sacó un balón de la línea cuando Argentina ya celebraba el 4 a 1.
Punto y aparte merece Keylor Navas. El Halcón es un fuera de serie; el portero de la Selección Nacional tuvo una de sus noches redondas y fue una estrella en medio de la noche angelina. Navas logró ocho paradas determinantes, le robó el grito de gol a Giovanni Lo Celso, también a Nicolás Otamendi, a Enzo Fernández, entre otros figurones del rival.
Lo de Navas fue brillante, determinante, tanto que iguala el esfuerzo de sus compañeros y de los jóvenes que comienzan a levantar la mano y dar la esperanza que tanto anhelaba Costa Rica. Por fin, se logra ver una idea en el campo que llena el ojo de la afición costarricense.
Goles de Argentina. La Selección de Costa Rica no pudo sostener la ventaja 1 a 0 sobre Argentina. El cuadro patrio vio cómo un golazo de Ángel di María de tiro libre y un cabezazo de Alexis Mac Allister le dieron la vuelta al marcador.
La diana del delantero fue una joya y parecía que era la única forma que podían vencer a Keylor, mientras que el tanto de Alexis se dio luego de un cabezazo de Nicolás Otamendi que pegó en el horizontal; en el rebote el mediocampista envió el balón al fondo de la red.
Pese a la derrota, la Selección terminó el cotejo con ilusión de futuro. *