El gallo gonzález volvió a Alajuelense
› Recordó varias anécdotas, como cuando Keosseian le dijo que no estaba en sus planes
Ricardo González es la adquisición más reciente de Liga Deportiva Alajuelense.
Desde hace algunos días es común toparse al Gallo en los rincones del Centro de Alto Rendimiento (CAR) en Turrúcares, Alajuela, vistiendo el buzo de arquero y con los guantes puestos, convertido en el preparador de porteros de los cachorros en el semillero rojinegro.
En una entrevista publicada en la página electrónica de Alajuelense, Ricardo González sonrió al recordar su pasado en la Liga, donde conquistó seis campeonatos nacionales y la histórica Copa de Campeones de la Concacaf del 2004.
Su historial. Llegó en 1988 a la U-17 y fue subiendo hasta llegar a Reserva, lo que hoy se conoce como Alto Rendimiento. En 1992, Jan Postulka lo ascendió a Primera División. Era el tercer portero y su debut fue hasta 1994.
“Fue casi por obligación en el estadio de Turrialba, en un partido de temporada regular. El técnico era Enrique Quique Vásquez y Alexis (Rojas) era quien estaba jugando. Íbamos ganando 1-2 y faltando 20 minutos cometió penal y lo expulsaron, así que me tocó entrar... ¡Y atajar el penal! Ese fue mi debut, atajando un penal y victoria 1-4”, recordó.
Álvaro Mesén estaba a préstamo en Carmelita; mientras que Superman y Mayorga tenían una rivalidad deportiva muy grande. Si uno jugaba, el otro se molestaba.
Después del debut, podía seguir atajando por la expulsión de Rojas, pero no se pudo porque el lunes salían para los Juegos Centroamericanos en El Salvador, con la Sub-20.
“Fue debut y despedida (ríe...). Así que tuve que esperar otro tiempo más. Me prestaron a Sagrada Familia que acababa de ascender. Ahí tuve un torneo muy bueno. Lamentablemente, sufrí un accidente, una quemadura. Estuve ocho meses fuera de las canchas. Luego volví y me prestaron a Carmelita en la temporada 9596. Regresé a la Liga en la temporada 96-97 hasta que me fui en el 2006”.
Aseguró que la final del 96-97 fue su momento más emocionante, pues fue un torneo complicado. Manuel Keosseian le dijo que lo iba a necesitar, que si quería, se podía ir a préstamo. Su respuesta fue que se sentía bien y quería competir con Alexis Rojas y Álvaro Mesén.
No se fue. El técnico le respondió que se podía quedar, pero no iba a jugar. Dicho y hecho. Casi no jugué, pero hubo una oportunidad al final de las cuatro vueltas. Faltando cuatro partidos, a la Liga se le escapó el liderato con Herediano.
“Y una de dos: el director técnico había renunciado al liderato, o me estaba dando la oportunidad para ver qué pasaba en el cierre de ese campeonato. Ganamos los cuatro partidos y retomamos el primer lugar. Ya venía la hexagonal en ese momento y el profesor me quitó y volvió a poner a Alexis”, recordó.
Le dijo que esos partidos de la hexagonal eran complicados y que él era muy joven. Jugaron la hexagonal y perdieron el último partido.
“Se armó un pleito grande y Alexis le metió una patada al árbitro y lo castigaron 10 partidos. Mesén le gritó al árbitro unas cosas en el camerino y le metieron 4 partidos. Debíamos jugar una final con Saprissa luego de que nosotros ganamos las cuatro vueltas y Saprissa la hexagonal… ¡En banca estaba un muchachito! Un portero de liga menor en banca, porque estaban expulsados Alexis y Álvaro. Así que me tocó jugar aquella final y ganamos. Ese fue el momento clave de mi carrera. A partir de ahí me adueñé del arco de cierta forma”.
Contó que al asumir su nuevo puesto en Alajuelense, lo primero que les dijo a los cachorros fue que quería que ahí estuvieran arqueros que la institución se merece.
“Yo viví esa experiencia desde muy jovencito, nos exigían ser porteros que el club se merece. Por ejemplo, Álvaro Mesén y yo teníamos la gran responsabilidad de reemplazar a un Alejandro González, lo mismo para Alejandro en su momento. Entonces desde un principio nos inculcaron de sustituir porteros icónicos.
”Lo mismo con Patrick Pemberton para sustituirnos a nosotros y lo hizo muy bien. Las primeras palabras fueron eso, que aquí tiene que haber porteros en liga menor que tengan la responsabilidad”.
Día a día, Ricardo González les dice a esos cachorros que tienen el compromiso de sustituir a los arqueros de Primera División en un futuro cercano y que ser portero de la Liga también significa tener temple y personalidad.
“ME ENCUENTRO CON UN CLUB MUY DIFERENTE AL DE 1988, CON UNA PROYECCIÓN MUY DIFERENTE, MUY POSITIVA. QUE LAMENTABLEMENTE LA CUESTIÓN DE LOS TÍTULOS DE PRIMERA DIVISIÓN ESTÁ EN DEUDA, PERO UNO SABE QUE SI TRABAJA ASÍ, VAN A LLEGAR LAS BUENAS COSAS. EL QUE TRABAJA BIEN SIEMPRE VA A RECIBIR RECOMPENSA”. Ricardo gonzález Preparador porteros de liga menor