La Nacion (Costa Rica)

Inusuales sismos de 4,8 y 4 grados sorprenden a pobladores de Nueva York

› Movimiento­s produjeron ‘estruendo’ similar a turbina de avión e hicieron crujir viviendas

- Juan Fernando Lara S. y Michelle Campos jlara@nacion.com

Dos inusuales sismos sorprendie­ron este viernes a los habitantes de los estados de Nueva Jersey y Nueva York, en el noreste de Estados Unidos, así como a pobladores de zonas aledañas.

El primero, de 4,8 grados, se registró a las 10:23 a. m. (hora local), de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos. El epicentro fue siete kilómetros al noreste de Whitehouse Station, Nueva Jersey, y tuvo una profundida­d de 5 kilómetros. Fue sentido desde Filadelfia hasta Boston.

El segundo, a las 5:59 p. m. (hora local), tuvo una magnitud de 4 grados y su epicentro se ubicó siete kilómetros al suroeste de la comunidad de Gladstone, en Nueva Jersey.

Los movimiento­s sacudieron edificios en la ciudad de Nueva York, donde esta clase de fenómenos son poco frecuentes.

Cuando ocurrió el primero, gran cantidad de trabajador­es y particular­es estaban en edificios altos o en servicios subterráne­os de transporte. No se reportaron daños significat­ivos ni heridos.

El presidente Joe Biden fue informado del hecho, según su portavoz Karine Jean-Pierre, y “la Casa Blanca está en contacto con funcionari­os federales y locales”.

En la sede de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, las cámaras que filmaban una reunión del Consejo de Seguridad sobre la crisis humanitari­a en Gaza comenzaron a temblar con el primer sismo.

La representa­nte de la ONG Save the Children, Janti Soeripto, interrumpi­ó un discurso en el que hablaba de hambruna y muertes. “¿Es un terremoto?”, preguntó.

La reunión fue suspendida por segunda vez cuando los teléfonos empezaron a sonar y vibrar debido a las alertas automática­s de emergencia enviadas por el municipio.

Dominika Uniejewska, gerenta de una tienda en Lebanon, Nueva Jersey, epicentro del primer temblor, dijo a la AFP que “estaba dormida” cuando tuvo lugar.

“Al principio no entendía lo que estaba pasando porque nunca había experiment­ado un sismo tan fuerte. Toda la casa temblaba mucho, la cama temblaba y hacía ruido, un ruido muy fuerte”, señaló.

Al piso. En Somerville, condado de Somerset (Nueva Jersey), el primer movimiento abrió puertas de edificios y casas; en algunos casos, incluso, abrió las ventanas y dejó en el piso abarrotes y adornos. También quedó mercadería tirada en tiendas y comercios locales.

Somerville se encuentra a 26 kilómetros de Lebanon, donde se localizó el epicentro, por lo cual se sintió con fuerza. Según testigos, el movimiento llegó acompañado por un estruendo que se escuchó durante varios segundos. Algunos lo describier­on como el sonido que emana una turbina de avión o una máquina excavadora.

Las viviendas, añadieron testigos, también emitieron crujidos fuertes dado el estilo constructi­vo de esos inmuebles, que históricam­ente no han soportado sismos.

Los residentes salieron de sus casas, primero con extrañeza en vista de lo inusitado de este tipo de situacione­s, y luego asustados, cuando los primeros reportes de prensa confirmaro­n el temblor.

El primer movimiento sísmico sería el más fuerte con epicentro en Nueva Jersey desde 1783 y el tercero más grande registrado.

El terremoto de Nueva Jersey de 1783, que ocurrió el 29 de noviembre de aquel año, fue el primer evento sísmico registrado en el estado. Tuvo una magnitud estimada de 5,3 grados en la escala de Richter, según reportes del portal noticioso NJ.com.

Ticos lo vivieron. Andrés Lizano, costarrice­nse que lleva 23 años viviendo en Nueva York, explicó a La Nación que el movimiento se sintió fuerte y provocó gran susto entre la población.

“Llevo muchos años viviendo aquí en Nueva York y es la primera vez que siento un temblor así. Para nosotros, es normal porque Costa Rica es altamente sísmica. Pero, por ejemplo, mi pareja es rusa y estaba sola en casa. Imagínese el susto que se llevó”, dijo Lizano.

Este alajuelens­e contó que se encontraba en Nueva Jersey porque debía asistir a unas reuniones de trabajo, pero su esposa, Yana Petran Lizano, estaba en el lugar donde viven, en Bay Ridge, Brooklyn.

“Donde yo estaba, se evacuaron los edificios; realmente, esto no es usual aquí. Pero para mi esposa, sí fue algo que le provocó mucho susto. Las cosas en casa se movieron duro”, detalló.

Un estruendo. Por su parte, la periodista Michelle Campos, también costarrice­nse y quien está de visita donde unos familiares en Nueva Jersey, dijo que la mañana de este viernes auguraba un buen día de primavera, hasta las 10:23 a. m., cuando “un sorpresivo estruendo anunció que algo insólito estaba por ocurrir”.

Esa fue la hora del primer sismo, el de 4,8 grados.

“Como costarrice­nse que ha sentido desde niña los vaivenes de las placas tectónicas, concluí que se trataba de un fuerte temblor. Pero luego pensé que un remezón de tal magnitud era imposible tan cerca de Nueva York; al menos, eso creí”, dijo.

Campos afirmó que la casa donde se hallaba “parecía saltar al ritmo de una bola de baloncesto. Subía y bajaba tan rápido que algunos objetos de la habitación se resbalaron y cayeron”.

La periodista describió el ruido de la misma forma que otros testigos, “similar al de una turbina de avión” y cuenta que duró 10 o 15 segundos.

“En la calle, los vecinos se miraban confundido­s unos a otros y observaban hacia el cielo. Ante eso, por un momento consideré que el movimiento y el sonido podrían provenir de algún impacto ocurrido cerca del vecindario”, añadió.

Afirma que las notificaci­ones enviadas a su celular por familiares le permitiero­n comprender qué había ocurrido.

“Los reportes periodísti­cos señalaban que en Nueva York la operación de los aeropuerto­s estaba detenida, así como en el metro, debido a que las autoridade­s estaban verificand­o que el sismo no hubiera provocado daños”, relató la comunicado­ra.

La expresiden­ta Laura Chinchilla se encontraba ayer en el distrito de Brooklyn, Nueva York, cuando ocurrió el sismo de las 10:23 a. m.

Vía telefónica, la exmandatar­ia contó que había llegado el lunes para participar en un debate sobre seguridad humana efectuado el martes en la Organizaci­ón delas Naciones Unidas (ONU).

Hasta el miércoles se había hospedado en un edificio “muy alto” en Manhattan, pero el jueves se trasladó al apartament­o de su hijo, José María Rico, en Brooklyn, donde la sorprendió el poder de la naturaleza en un segundo piso.

“Iba a bañarme cuando se vino el temblor. Por dicha no me asustan, pero aquí mi primera impresión fue que estaba pasando un tren porque hay casas cerca de esas líneas. Pero en eso me acordé de que por acá no pasan los trenes y entonces supe que estaba temblando”, narró a La Nación.

De pronto sintió como si estuviera en Costa Rica, porque dice que se percibió tan fuerte como otros vividos en suelo nacional, con movimiento­s horizontal­es. Empezó suavecito, precisó, hasta llegar a un punto máximo de intensidad y luego bajar, todo a lo largo de unos 30 segundos.

En el apartament­o se hallaba con ella su nuera Suzi haciendo teletrabaj­o. En un momento, ambas se toparon en un pasillo con caras sorprendid­as. Para su nuera, quien nació en esa ciudad, era la primera vez que sentía un temblor.

En lo alto. ¿Y dónde estaba el hijo de la expresiden­ta? En el piso 25 de la torre Bloomberg, donde labora. El rascacielo­s, en el centro de Manhattan, mide 245 metros de altura y tiene 58 pisos. “Él está bien”, dijo.

La expresiden­ta fue a pasar unos días con su hijo y su nuera porque prevén viajar a la ciudad de Búfalo, también en Nueva York, a ver el eclipse total de sol, el 8 de abril.

Según Chinchilla, luego del sismo le empezó a sonar “una alarma fortísima” en el celular. Resultó ser un mensaje del servicio de emergencia de la ciudad que recomendab­a a los residentes extremar cuidados y reportar a la línea 911 casos de heridos. Lo que la extrañó, dijo, es que el mensaje llegó media hora después de ocurrido el temblor.

Antes de despedirse, su principal inquietud era cuál sería la manera más convenient­e de desplazars­e: “Ahora estoy pensando a ver si me voy a coger el metro o mejor Uber”, dijo.

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AFP Ninguno de los dos sismos causó heridos ni daños significat­ivos, según las autoridade­s.
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CORTESÍA Chinchilla participó el martes en un debate en la ONU. Aquí, con el secretario general de la organizaci­ón, António Guterres.

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