Presencia del grupo Hezbolá en América Latina preocupa a EUA
Organización se habría infiltrado en nicaragua y Venezuela
WASHINGTON. AFP. A Estados Unidos le preocupan las actividades del movimiento chiita libanés Hezbolá en Chile y el resto de América Latina, admitió un funcionario del Departamento de Estado.
Durante una sesión en el subcomité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, el senador republicano Marco Rubio señaló múltiples casos en las Américas de vínculos entre los grupos criminales transnacionales (TCO) y organizaciones terroristas extranjeras.
“Estamos muy preocupados por las operaciones de Hezbolá en toda la región, así como en Chile”, afirmó Mark Wells, subsecretario adjunto para América Latina y el Caribe en el Departamento de Estado.
Según Rubio, Hezbolá, vinculado a Irán, recauda fondos en la región para enviarlos a la organización en varios países, incluido Chile, dirigido por el presidente izquierdista Gabriel Boric.
“Hay motivos para preocuparse de que no se esté haciendo lo suficiente para desmantelar estas redes financieras desde el lado chileno”, expresó durante la sesión sobre la lucha contra las organizaciones delictivas transnacionales y la corrupción en América Latina y el Caribe.
“Con Boric, existe una retórica bastante dura sobre Israel”, señaló el senador.
“El presidente Boric es un firme defensor de los derechos humanos en todo el mundo” y “tiene una población musulmana bastante numerosa que se pronuncia sobre temas relacionados con Israel”, respondió Wells con diplomacia.
“Cooperamos con las fuerzas de seguridad chilenas en todos los ámbitos” y “gran parte de esa cooperación se centra en el desarrollo de capacidades y en el intercambio de información sobre investigaciones relacionadas con Hezbolá, así como sobre el Tren de Aragua”, una banda criminal venezolana con presencia en varios países, añadió.
“No estoy de acuerdo con su retórica (la de Boric). No estoy de acuerdo con algunas de sus posturas”, pero “mi pregunta es si esa retórica se traduce en una falta de voluntad para enfrentarse a Hezbolá como organización terrorista extranjera y a la amenaza que supone”, enfatizó Rubio.
Wells respondió de forma tajante: “Somos inequívocos en nuestra oposición a Hezbolá” y “cooperamos con ellos (con Chile) en todos los casos de terrorismo internacional”.
Cerca de Costa Rica. La preocupación que Estados Unidos manifestó este jueves, fue desvelada por Israel el año anterior en una conversación con La Nación.
El gobierno de Israel afirmó, el 2 de febrero del año pasado, que el grupo terrorista Hezbolá tendría presencia en algunos países de la región como Nicaragua y Venezuela.
Así lo dijo Jonathan Peled, director para América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones de Exteriores de ese país, durante una conversación con La Nación en Tel Aviv.
“Las pruebas concretas que tenemos, de momento, son los atentados en la Embajada de Israel en Argentina, en los años noventa, pero sí sabemos que Hezbolá está tratando de infiltrarse y establecerse en países de América Latina. Tenemos información de que tienen presencia en Nicaragua y en Venezuela”, aseveró Peled.
El alto funcionario declinó brindar detalles en aquel momento, por razones de seguridad, pero aseguró que para su país es importante tener una relación estrecha con Costa Rica “para intercambiar información y aumentar la cooperación en defensa en caso de una incursión iraní”.
Sus declaraciones se produjeron en momentos en los que el régimen de Daniel Ortega buscaba estrechar lazos de cooperación con Teherán.
“Está claro que Irán es un enemigo de Israel y de los Estados Unidos. Creo que de eso no hay duda. Instalarse en el continente americano es tener de cerca a la potencia occidental”, aseveró Peled.
Amparo iraní. La organización Hezbolá nació en 1982 como respuesta a la intervención israelí en Líbano. Recibe capacitación militar, así como apoyo financiero y armamentístico, de Irán.
En el 2015, combatientes de Hezbolá fueron enviados a Siria para luchar junto con las tropas del régimen de Bashar al Assad en la cruenta guerra civil que comenzó en el 2011.
Su primer registro de un atentado en América fue en la década de los años noventa, contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y contra la Embajada de Israel en ese país suramericano, de acuerdo con una investigación de la inteligencia israelí, divulgada en julio del 2022 por el diario estadounidense The New York Times.