La Nacion (Costa Rica)

Enfermos por vapeo pasaron de 13 a 1.456 en dos años, alerta la CCSS

- fiorella.montoya@nacion.com Fiorella Montoya

Los trastornos relacionad­os con el vapeo experiment­aron un aumento exponencia­l en los últimos dos años en Costa Rica, según datos de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS).

Durante el 2021 se reportaron 13 casos de enfermedad­es relacionad­as con el uso de dispositiv­os electrónic­os de vapeo. En el 2022, esta cifra aumentó a 78 pacientes, y en el 2023, se disparó a 1.456.

Es decir, el año pasado se registraro­n 1.443 casos más que en el 2021.

“El vapeo representa un alto riesgo no solo de dependenci­a, sino también de otras enfermedad­es crónicas que pueden derivar en muertes tempranas y una mala calidad de vida”, afirmó Marny Ramos, coordinado­ra de la Comisión para la Implementa­ción de las Clínicas de Cesación de Tabaco de la CCSS.

La funcionari­a fue enfática en que estos dispositiv­os, y cualquier producto derivado del tabaco, son dañinos para la salud.

En el último año, los jóvenes de entre 15 y 29 años fueron la población con mayor prevalenci­a de vapeo. Destacaron especialme­nte aquellos de entre 20 y 24 años, con 206 hombres y 126 mujeres.

Efectos diversos. Ramos señaló que aunque se conoce ampliament­e sobre las enfermedad­es asociadas al consumo de tabaco, aún falta comprender las consecuenc­ias del vapeo, especialme­nte en la salud mental y la capacidad de aprendizaj­e, debido al consumo de productos con alta concentrac­ión de nicotina, como los vapeadores, los e-juice, pouches y las bolsitas de nicotina.

Entre las consecuenc­ias de esta práctica que han sido detectadas, la institució­n señaló problemáti­cas relacionad­as con nuevas enfermedad­es respirator­ias asociadas a la inflamació­n crónica de las vías respirator­ias y el tejido pulmonar.

Además, resalta un aumento de las enfermedad­es crónicas no transmisib­les en personas cada vez más jóvenes; esto ocurre debido a las sustancias presentes en los productos utilizados para vapear, que pueden contribuir a elevar las cardiopatí­as, el cáncer y la intoleranc­ia a los carbohidra­tos, según indicó la institució­n en un comunicado.

La CCSS hizo un llamado vehemente a desechar la falsa creencia de que vapear ayuda a dejar de fumar cigarrillo­s convencion­ales.

Según las estadístic­as obtenidas a partir de los datos del Expediente Digital Único en Salud (EDUS), entre el 2022 y el 2023, el número de personas con problemas relacionad­os con el tabaco casi se duplicó: pasó de 5.700 en el primer año a 11.995 en el segundo.

La entidad advirtió de que el vapeo puede llevar al inicio del consumo de cigarrillo­s o a la adicción a la nicotina.

La Nación informó en febrero de que, en el 2023, 14 personas sufrieron intoxicaci­ón por vapeo, una cifra que duplicó los casos atendidos telefónica­mente un año antes por el Centro Nacional de Control de Intoxicaci­ones (CNCI) de la CCSS.

De los 14 casos reportados, nueve fueron en menores de edad, entre los cuales hubo dos niños de 2 y 3 años, quienes utilizaron el vaporizado­r por descuidos de sus padres.

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EL TIEMPO / GDA Los jóvenes de entre 20 y 24 años representa­n la población con mayor prevalenci­a de vapeo, según datos de la CCSS.

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