Una maestría puede aumentar su salario un 50%
Administración, ciencias e ingenierías son algunas tendencias en posgrados Costo del programa tiende a oscilar entre ¢10 millones y ¢20 millones
¿Es obtener una maestría una estrategia recomendable para usted?
Depende de varios factores, como la demanda laboral en el futuro en el área en que uno espera trabajar, y la competencia que podría haber, entre otros.
El costo del programa es otro asunto para tomar en consideración, así como la dedicación de varias horas cada semana durante un periodo que duraría unos dos años.
Por otro lado, existe la posibilidad de que esta incremente de forma significativa los ingresos de un profesional, al tratarse de un aumento promedio del 50% en comparación con quien posee una licenciatura, de acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Censos.
El monto promedio pagadero a un profesional con posgrado es de ¢1,8 millones al mes, mientras que un licenciado promedio recibe menos de ¢1,2 millones.
Significa también una opción de escalar puestos. Por ejemplo, los egresados de las maestrías Administración de Centros y Servicios de Salud y la de Medicina del Trabajo, que ofrece la Ucimed, pueden postularse como candidatos para la dirección general de hospitales, clínicas y organizaciones no gubernamentales relacionadas con la prestación de servicios de salud, explicó José Guillermo Jiménez, decano de Posgrados de esa universidad.
Se trata de una diferencia del 54%, ya que los datos del posgrado incluyen a las personas con doctorado; sin embargo, son pocas, así que se estima una plusvalía un poco menor para la maestría.
Estimar la demanda en el futuro para una especialización en muchos casos sería difícil.
Entretanto, administración de negocios con más de 400 programas disponibles, seguida por ciencias e ingenierías con un total de casi 50, son algunos de los programas de posgrado actualmente más populares en el país.
En cuanto al costo, una parte es financiera, ya que la maestría en la mayoría de los casos requiere la inversión mínima de casi ¢10 millones, mientras la matrícula también podría llegar al doble de este monto, en todos los casos en una universidad privada. El tiempo es otra inversión. Aunque la maestría típica sea de tiempo parcial, permitiéndole al alumno seguir trabajando, requiere sacrificar otras actividades personales para dedicar varias horas por semana a clases nocturnas, así como tareas, durante un periodo de unos dos años.