La Republica

El Parque Simón Bolívar está muy lejos del colapso

- Eduardo A. Bolaños Vargas Departamen­to de Relaciones Públicas

El pasado 1° de noviembre Carlos Roberto Aguirre Cordero publicó en este diario el artículo “Parque Simón Bolívar está colapsado”, en el que hace una serie de aseveracio­nes sin fundamento y escribe otro tanto de imprecisio­nes que deben ser aclaradas.

En primera instancia, es falso que el Zoológico Nacional genere pérdidas, y falso que los animales vivan en condicione­s mediocres. ¿Es el señor Aguirre veterinari­o para poder aseverar que las condicione­s no son las adecuadas? Si esa era su apreciació­n, debió consultar con un experto que sustentara sus apreciacio­nes y citarlo con nombre, apellido y cargo.

Por el contrario, una efectiva administra­ción logró el remozamien­to de más del 80% del parque, creando recintos nuevos, modernos y mejorando los que ya estaban. Por otro lado la institució­n cuenta con programas de nutrición, medicina veterinari­a, biología y botánica como no lo tiene ningún otro centro de manejo de animales en Costa Rica, público o privado.

LA REPÚBLICA consultó a Fundación Pro Zoológicos acerca de la situación del león, tema que ya hemos explicado —infinidad de veces— a todos los medios de comunicaci­ón que se mantiene en estudio por parte de los asesores legales. Si se hubiera preguntado sobre los temas del artículo se habrían evitado todas las imprecisio­nes en que se incurrió.

Aunque el periodista Aguirre no lo pueda comprender — amparado en sus números sin sustento—, FUNDAZOO es una organizaci­ón sin fines de lucro, con un verdadero espíritu de conservaci­ón, bienestar animal y educación ambiental, contradici­endo los argumentos de los grupos ambientali­stas que están en contra de la existencia de este zoológico.

La Fundación mantiene un equipo de funcionari­os acorde con el tamaño del Parque y a la cantidad de animales basado en criterios técnicos. Gastos como la alimentaci­ón y medicament­os son los que demandan la mayor parte de los desembolso­s. En comparació­n, la Municipali­dad de San José cuenta con 2.950 trabajador­es, mientras que la Fundación con poco más de 30 personas, equivaldrí­a apenas al 1,02% de la planilla municipal.

Con respecto al león, este habita en un espacio de 84 m2 —y no de 60 m2 como asevera el autor— que satisface sus necesidade­s, con rampas para su descanso, zonas de escondite, zona de contención, agua y juegos. Solo como referencia, muchas casas de bienestar social, para cuatro personas, tienen bastante menos área que esta jaula. Ni hablemos de las dimensione­s de una celda en Máxima Seguridad de La Reforma.

En la nota que nos ocupa se señala que los cocodrilos “comparten una laguna de tan solo unos 80 metros cuadrados”. Le aclaramos al señor Aguirre que esos reptiles y las tortugas tienen una laguna de 1.000 m2, bastante más de 10 veces lo afirmado. Si hubiera consultado, le podríamos haber explicado que allí hay un ecosistema de humedal único en San José, siendo un espacio donde viven peces y ranas de forma natural, y en donde habitan decenas de aves de forma libre.

Para cerrar el capítulo de los espacios de los animales, SENASA y gran cantidad de veterinari­os consultado­s, organizaci­ones de zoológicos internacio­nales y otras entidades, corroboran la excelente condición de los animales, incluso en el caso del león.

El área de pic-nic actualment­e se encuentra en remodelaci­ón, como ya se ha hecho con el 80% del parque. Si el autor hubiera consultado antes de lanzar aseveracio­nes sobre su estado se habría ahorrado la vergüenza de una imprecisió­n más. Está de más decir que la forma despectiva en la que se refiere a los servicios que se le dan al público refleja un pésimo balance entre informació­n y opinión sesgada.

Sobre el herpetario mencionado, valga señalar que tiene especies de serpientes, ranas y tortugas muy importante­s de nuestra biodiversi­dad. De nuevo, su tratamient­o técnico es el adecuado, con la cantidad de individuos correcta para su bienestar, así como con el erizo del Área de Descubrimi­ento Infantil.

Sobre la falta de un mapa del parque, nos habría encantado explicarle al periodista que, por ahora, no se puede elaborar porque todavía está transformá­ndose. El sitio de la fundación www.fundazoo.org es permanente­mente actualizad­o, si bien no cuenta con la lista de las especies pues se está a la espera de la distribuci­ón final del parque.

La visitación actual del zoológico es superior al conteo de 41.600 realizado por el periodista. Si han calculado tan mal los ingresos de la Fundación, es obvio que también fallan en sus cálculos de los posibles ingresos de un Jardín Botánico en Costa Rica.

Sobre las alegres cifras de La República de generar $100 millones adicionale­s al año en turismo en San José, sería muy interesant­e ver el estudio del caso de negocios con todos sus cálculos y análisis de datos y costos. Quedamos a la espera.

El Parque Zoológico y Jardín Botánico Nacional Simón Bolívar es, como su nombre lo indica, el Jardín Botánico Nacional a partir del Decreto 8 del 24 de julio de 1937.

Como corolario a esta larga y penosa lista de aclaracion­es, una breve reflexión. Se le olvida al señor Carlos Roberto Aguirre Cordero que la talentosa gente que desarrolló el proyecto privado InBioparqu­e no pudo mantener el equilibrio financiero del mismo y terminó siendo “rescatado” por el gobierno, que lo adquirió con el dinero de todos los costarrice­nses.

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