El Parque Simón Bolívar está muy lejos del colapso
El pasado 1° de noviembre Carlos Roberto Aguirre Cordero publicó en este diario el artículo “Parque Simón Bolívar está colapsado”, en el que hace una serie de aseveraciones sin fundamento y escribe otro tanto de imprecisiones que deben ser aclaradas.
En primera instancia, es falso que el Zoológico Nacional genere pérdidas, y falso que los animales vivan en condiciones mediocres. ¿Es el señor Aguirre veterinario para poder aseverar que las condiciones no son las adecuadas? Si esa era su apreciación, debió consultar con un experto que sustentara sus apreciaciones y citarlo con nombre, apellido y cargo.
Por el contrario, una efectiva administración logró el remozamiento de más del 80% del parque, creando recintos nuevos, modernos y mejorando los que ya estaban. Por otro lado la institución cuenta con programas de nutrición, medicina veterinaria, biología y botánica como no lo tiene ningún otro centro de manejo de animales en Costa Rica, público o privado.
LA REPÚBLICA consultó a Fundación Pro Zoológicos acerca de la situación del león, tema que ya hemos explicado —infinidad de veces— a todos los medios de comunicación que se mantiene en estudio por parte de los asesores legales. Si se hubiera preguntado sobre los temas del artículo se habrían evitado todas las imprecisiones en que se incurrió.
Aunque el periodista Aguirre no lo pueda comprender — amparado en sus números sin sustento—, FUNDAZOO es una organización sin fines de lucro, con un verdadero espíritu de conservación, bienestar animal y educación ambiental, contradiciendo los argumentos de los grupos ambientalistas que están en contra de la existencia de este zoológico.
La Fundación mantiene un equipo de funcionarios acorde con el tamaño del Parque y a la cantidad de animales basado en criterios técnicos. Gastos como la alimentación y medicamentos son los que demandan la mayor parte de los desembolsos. En comparación, la Municipalidad de San José cuenta con 2.950 trabajadores, mientras que la Fundación con poco más de 30 personas, equivaldría apenas al 1,02% de la planilla municipal.
Con respecto al león, este habita en un espacio de 84 m2 —y no de 60 m2 como asevera el autor— que satisface sus necesidades, con rampas para su descanso, zonas de escondite, zona de contención, agua y juegos. Solo como referencia, muchas casas de bienestar social, para cuatro personas, tienen bastante menos área que esta jaula. Ni hablemos de las dimensiones de una celda en Máxima Seguridad de La Reforma.
En la nota que nos ocupa se señala que los cocodrilos “comparten una laguna de tan solo unos 80 metros cuadrados”. Le aclaramos al señor Aguirre que esos reptiles y las tortugas tienen una laguna de 1.000 m2, bastante más de 10 veces lo afirmado. Si hubiera consultado, le podríamos haber explicado que allí hay un ecosistema de humedal único en San José, siendo un espacio donde viven peces y ranas de forma natural, y en donde habitan decenas de aves de forma libre.
Para cerrar el capítulo de los espacios de los animales, SENASA y gran cantidad de veterinarios consultados, organizaciones de zoológicos internacionales y otras entidades, corroboran la excelente condición de los animales, incluso en el caso del león.
El área de pic-nic actualmente se encuentra en remodelación, como ya se ha hecho con el 80% del parque. Si el autor hubiera consultado antes de lanzar aseveraciones sobre su estado se habría ahorrado la vergüenza de una imprecisión más. Está de más decir que la forma despectiva en la que se refiere a los servicios que se le dan al público refleja un pésimo balance entre información y opinión sesgada.
Sobre el herpetario mencionado, valga señalar que tiene especies de serpientes, ranas y tortugas muy importantes de nuestra biodiversidad. De nuevo, su tratamiento técnico es el adecuado, con la cantidad de individuos correcta para su bienestar, así como con el erizo del Área de Descubrimiento Infantil.
Sobre la falta de un mapa del parque, nos habría encantado explicarle al periodista que, por ahora, no se puede elaborar porque todavía está transformándose. El sitio de la fundación www.fundazoo.org es permanentemente actualizado, si bien no cuenta con la lista de las especies pues se está a la espera de la distribución final del parque.
La visitación actual del zoológico es superior al conteo de 41.600 realizado por el periodista. Si han calculado tan mal los ingresos de la Fundación, es obvio que también fallan en sus cálculos de los posibles ingresos de un Jardín Botánico en Costa Rica.
Sobre las alegres cifras de La República de generar $100 millones adicionales al año en turismo en San José, sería muy interesante ver el estudio del caso de negocios con todos sus cálculos y análisis de datos y costos. Quedamos a la espera.
El Parque Zoológico y Jardín Botánico Nacional Simón Bolívar es, como su nombre lo indica, el Jardín Botánico Nacional a partir del Decreto 8 del 24 de julio de 1937.
Como corolario a esta larga y penosa lista de aclaraciones, una breve reflexión. Se le olvida al señor Carlos Roberto Aguirre Cordero que la talentosa gente que desarrolló el proyecto privado InBioparque no pudo mantener el equilibrio financiero del mismo y terminó siendo “rescatado” por el gobierno, que lo adquirió con el dinero de todos los costarricenses.