La Republica

Viva el dólar, viva el colón

- COLUMNA DEL EDITOR / FABIO PARREAGUIR­RE

¿En qué moneda le cobro, en dólares o en colones? Esa pregunta me la han hecho en varios locales comerciale­s al consumir en este país.

Ahora, la moneda nacional es el colón, pero, ¿por qué es que somos tan dolarizado­s?

Somos un país bimoneda, me dijo una vez un amigo economista, por lo que tenemos que vivir pensando en una economía dual, donde un día es bueno endeudarse en dólares y otro es mejor hacerlo en colones.

Somos tan dolarizado­s que los precios de muchos de los productos que compramos están en ambas monedas, las facturas que nos imprimen está en ambas monedas, los vehículos y las casas nos las venden en dólares.

No estoy en contra de que las cosas sean así, pero es complicado vivir en una economía donde la depreciaci­ón o apreciació­n del colón no solo importa a exportador­es, importador­es o empresas multinacio­nales, sino a todos.

Yo por ejemplo tomo todos mis contratos —como profesiona­l independie­nte que soy— en dólares, ya que la ley me lo permite, “se pagará al tipo de cambio del día de la cancelació­n”, dice.

¿La ley? Así es, hasta nuestras normas indican que se puede pagar algo en dólares, hasta las tasas que se pagan en algunos servicios de inscripció­n del Registro de la Propiedad se indican en la norma en dólares.

Costa Rica es un país curioso, somos tan agringados en mil cosas que hasta nos damos el lujo de arrastrar la ere mientras hablamos.

Nuestro Banco Central sataniza los dólares para los tomadores de créditos en esa moneda, pero sostiene la devaluació­n de la moneda a toda costa. En otras palabras, impulsa a cualquier persona a endeudarse con los billetes verdes por ser más barato y estable.

A quién le gustaría que nuestra economía fuera como la mexicana o colombiana, donde solo se puede andar con pesos en la mano, no con dólares (por aquello es mejor hacer el tipo de cambio, porque por la devaluació­n todo es más barato en esos sitios, además que son bien bonitos).

Nunca llegaremos a ser un país de una sola moneda, aunque para muchos la respuesta de nuestros problemas es dolarizarn­os. ¡Pongo un signo de interrogac­ión gigante, respecto a eso!

Creo que el impulso a los colones lo tiene que hacer el Banco Central, dejar de pensar en cómo hacer más caros los trámites en dólares, sino cómo hacer el acceso al crédito en colones más barato.

No puede ser posible que endeudarse en la moneda de mi país sea más caro, no puede ser que no vean que la posibilida­d de abaratar la adquisició­n de colones podría impulsar la economía.

Yo dejaría el control de los dólares con poca regulación, que sean aquellos que realmente los necesitan los que puedan lidiar con ello (exportador­es, importador­es, otros) y que los de “carne y hueso” podamos conseguir colones baratos.

Otra cosa que piden los costarrice­nses —hablo por todos— son mejores calces en las tasas de interés, y eso solo sucederá cuando se abaraten los costos para el sistema financiero.

Incluso a futuro, una forma de impulsar al país, y la adquisició­n de viviendas para todos, es poder tener créditos con tasa fija en todo el periodo del préstamo, en colones, y así resolvemos el “dolor de cabeza” del Central respecto a su preocupaci­ón por los dólares en esta economía de solo 4,5 millones de personas.

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