Irrespeto a las casas morada y rojiamarilla
SAPRISSA Y HEREDIANO PERDIERON LA SOLIDEZ COMO LOCALES EN COMPARACIÓN AL TORNEO ANTERIOR
Visitar la Cueva del Monstruo o el Rosabal y meterse en la jaula del Tigre el campeonato anterior, no era solo una muerte segura, sino además desgarradora.
A una fecha de cerrar la primera vuelta, al campeón y al subcampeón nacional los saquearon en su propia fortaleza y perdieron eso que los caracterizó en el Invierno 2016, una casa que se diera a respetar.
Saprissa y Herediano hicieron de sus estadios un fortín la temporada anterior, en los 11 partidos que jugaron en casa durante la fase regular, nunca supieron lo que fue perder frente a su afición. Hoy el panorama es muy distinto al de hace unos meses.
Los morados ya albergaron cinco encuentros en casa esta campaña, anotaron seis veces y recibieron cuatro anotaciones. Con la misma cantidad de partidos a inicios del Invierno 2016, los tibaseños anotaron el doble, 12 goles, bajando significativamente la productividad.
Por su parte, el subcampeón nacional también inició 2017 titubeante en el Rosabal. Ya suma dos empates y una derrota en cinco juegos, anotando ocho veces y recibiendo seis.
En los 11 partidos que tuvo Herediano la temporada pasada, no perdió una sola vez y solo cedió dos empates. Sin haber acabado la primera vuelta y sin comenzar la fecha 11, ya Herediano tiene registros negativos como local a falta de seis encuentros en su patio a lo largo del torneo.
Tanto morados como rojiamarillos vieron caer su productividad en ofensiva y se vieron diezmados en varias de sus líneas.
El “Team” flaqueó en su ataque. Ni el “Tanque” Castro o Jairo Arrieta se acercan a la productividad de los goleadores florenses que fueron Yendrick Ruiz y Jonathan Hansen.
En Saprissa la salida de Machado generó inseguridad en el centro de la zaga, Francisco Calvo se llevó sus goles a la MLS y David Guzmán fue el eje que se rompió en la presente temporada.