Objetivo China: Piña busca balance comercial entre países
Este mes se celebran diez años del establecimiento de relaciones diplomáticas
Mientras usted lee estas líneas, el primer cargamento de piña costarricense estará arribando a Shanghái.
El dato es la cereza de la celebración de los diez años de relaciones diplomáticas entre China y Costa Rica que se cumplieron este mes.
Desde 2007 el comercio entre ambas naciones se disparó de manera exponencial, acentuado con la entrada en vigencia del tratado de libre comercio en 2011.
Pero por ahora, el balance entre exportado y lo importado no ha sido parejo.
De los $2,1 mil millones que implicó el comercio el año pasado, Costa Rica solo se quedó con una porción que no alcanzó los $50 millones, repartidos entre carne bovina, madera y pieles.
Claro está, las ventajas del comercio no solo se miden a través de la balanza comercial, sino también desde la óptica de los consumidores, donde el acceso a nuevos productos y buenos precios hacen la diferencia.
En este sentido, China ha hecho un aporte importante; la producción masiva y a escala ha logrado poner en las manos de la población más de 1.700 productos de todo tipo a precios competitivos, desde textiles y vehículos, hasta comestibles y electrónicos.
“Los productos ‘Made in China’ se han convertido en una parte indispensable de la vida cotidiana en Costa Rica y otros muchos países, contribuyendo realmente a la mejora en la calidad de vida, afirmó Tang Heng, embajador de la República Popular China.
Sin embargo, también es real que lo que se busca en una relación comercial es que el beneficio sea mutuo; lo que tradicionalmente se conoce como un “win win”.
Mientras China ha hecho un gran ingreso a la economía nacional, los productos ticos se han mantenido rezagados, apenas mencionados en las estadísticas.
Con el visto bueno a la piña es posible que comience una nueva era en el comercio entre ambas naciones, en la cual los empresarios nacionales vean que es posible desembarcar en China.
“Este avance genera impactos positivos porque está marcando la hoja de ruta para otros productos que tengan oportunidad en los nichos de mercado que ofrece China”, dijo Laura Bonilla, presidenta de la Cámara de Exportadores.
De hecho, ya se está pensando en replicar el camino de la piña en el melón, cuyas exportaciones el año pasado alcanzaron los $66 millones.
No es un camino fácil, pero el premio es tentador: un mercado que roza los 1.400 millones de personas, donde unos 100 millones tienen ingresos medio altos.
El principal desafío para acceder a tierras chinas con éxito es el de la logística, pues se trata de mantener la frescura luego de varios días de encierro en una bodega.
“El tema de la logística fue una de las principales preocupaciones. Una vez que se establecieron rutas marítimas con una duración de 25 días entre los puertos de Caldera y Shanghái, tomamos un respiro con este tema”, comentó Alfredo Volio, presidente de Upala Agrícola.
Una vez suplido este obstáculo una recomendación surge para los productores agrícolas que ven más cercana la posibilidad de entrar a China.
“Lo más importante es que puedan implementar desde ya sus propios programas de ‘Buenas Prácticas Agrícolas’, de manera que logren ‘tecnificar’ los métodos de producción y la agricultura sea exitosa” dijo Abel Chaves, presidente de Canapep.