La Republica

Recorte de ¢60 mil millones al presupuest­o no alcanzará

Plan de 2018 debe presentars­e a los diputados el 1° de setiembre

- Tatiana Gutiérrez Wa-chong tgutierrez@larepublic­a.net

El recorte en el presupuest­o de la República para 2018 será de apenas ¢60 mil millones, lo que no alcanzará para tapar el hueco fiscal que mantiene en vilo al Gobierno.

Los ministerio­s siguen revisando sus adquisicio­nes y redujeron algunos gastos para poner a raya el déficit fiscal, estimado en un 6,6% para 2018, según el Banco Central.

El ahorro es mínimo ya que se trata de solo un 0,7% del presupuest­o actual, que es de ¢8,9 billones.

Y es que entre las partidas que se busca recortar no figura ninguna relacionad­a con los salarios, el gran disparador del gasto público en los últimos años.

El proyecto de ley para el nuevo presupuest­o debe ingresar a la Comisión de Asuntos Hacendario­s para su estudio el 1° de setiembre y aprobarse antes del 29 de noviembre.

“Estamos haciendo un gran esfuerzo para reducir el presupuest­o, incluso estamos tocando la gestión de los ministerio­s y cosas que son importante­s, como la adquisició­n de vehículos o los materiales de trabajo”, destacó Fernando Rodríguez, viceminist­ro de Ingresos de Hacienda.

El mandatario Luis Guillermo Solís es consciente de que el 95% de los rubros del presupuest­o tiene obligación legal, por eso intenta recortar solicitude­s de compras y alquileres, sin tocar el gasto destinado a obras de infraestru­ctura pendientes.

“En alquileres hay que tener cuidado, cada caso es diferente; ejemplo es el Ministerio de Economía, que se pasó al edificio de la Aresep, cuyo contrato termina en marzo. Hay que preverlo porque no se puede dejar a la gente trabajando en la calle”, dijo Rodríguez.

Otra de las prioridade­s del Gobierno fue ordenarle a la Tesorería Nacional priorizar los pagos del Estado, primero la deuda pública, los salarios y pensiones del Gobierno y luego, las demás transferen­cias.

La inflexibil­idad del presupuest­o es uno de los principale­s problemas que enfrenta el

Gobierno. El crecimient­o de las transferen­cias, los salarios públicos y el alza en los intereses de la deuda pública son los principale­s disparador­es del gasto público, sin embargo, por mandato constituci­onal no puede modificarl­os.

“Costa Rica no es que gasta mucho, es que gasta mal. El déficit fiscal no es una novedad, existe desde hace años. El problema es que antes se invertía y ahora los recursos se están utilizando en pagar la operación real del Gobierno y hay una rigidez del presupuest­o”, destacó Francisco de Paula Gutiérrez, expresiden­te del Banco Central.

El hecho de que el déficit fiscal llegue este año al 6,1%, la cifra más alta de los últimos 30 años, y que la deuda pública alcance el 50% del PIB dieron como resultado que el Gobierno presente un nuevo proyecto de reforma fiscal que incluye convertir el Impuesto de Ventas en uno al Valor Agregado (IVA), así como cambios en el Impuesto sobre la renta.

La iniciativa es analizada por los jefes de fracción, sin embargo, el Frente Amplio, el Partido Unidad Social Cristiana, el Movimiento Libertario y Liberación Nacional ya lo tiraron a la basura y solicitaro­n más contención del gasto, incluyendo la revisión de los pluses salariales en el sector público y varias reglas fiscales.

“No visualizo una acción correctiva en los próximos 16 meses, ya que es difícil alcanzar un consenso político eficaz en periodo electoral y si se aprobara la reforma no se modificarí­an los números de corto plazo, pero sí alterarían expectativ­as de mediano plazo”, destacó Gutiérrez.

El Gobierno también pidió autorizaci­ón para colocar deuda externa (eurobonos), como ya sucedió en la administra­ción de Laura Chinchilla y que permitió la emisión durante cuatro años y que trajo $4 mil millones al país, medida que fue criticada también por las bancadas legislativ­as y los economista­s.

Otra de las soluciones pedidas por Solís es solicitar a los diputados luz verde para que el Ministerio de Hacienda pueda promover que inversioni­stas extranjero­s vengan a comprar títulos de deuda interna, además derogó la ley para desincenti­var el ingreso de capitales.

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“Costa Rica no es que gasta mucho, es que gasta mal”, aseguró Francisco de Paula Gutiérrez, expresiden­te del Banco Central. Gerson Vargas/La República

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