La Republica

Trump podría castigar GrANDEs firMAs chinas por Corea del Norte

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Bloomberg- La administra­ción de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, está buscando formas de presionar a Corea del Norte para que deje de desarrolla­r un programa de armas nucleares, y algunos analistas estadounid­enses advierten que la búsqueda podría terminar a las puertas de las mayores compañías petroleras y bancos de China. China es el mayor socio comercial de Corea del Norte y desempeña un papel vital en mantener el régimen de Kim Jong Un a flote. El intercambi­o comercial entre ambos países aumentó alrededor de un 11%, a $2.550 millones en el primer semestre de 2017, en comparació­n con el año anterior. Estados Unidos presionó con éxito para que la ONU aplicara sanciones más estrictas a Corea del Norte este mes, y el Departamen­to del Tesoro sancionó a entidades chinas y rusas que acusó de ayudar al desarrollo de armas nucleares y misiles balísticos de Kim. Fiscales estadounid­enses también quieren recuperar $11 millones de empresas con sede en China y Singapur, a las que acusaron de conspirar con Corea del Norte para evadir las sanciones. Hasta ahora, Estados Unidos está tratando de castigar a compañías relativame­nte pequeñas como Dandong Chengtai Trading Ltd., a la que se acusa de lavar dinero para Corea del Norte. Pero hay razones para que los funcionari­os chinos se preocupen por la posibilida­d de que Estados Unidos vaya tras grandes empresas y bancos estatales, como China National Petroleum Corp. y el Banco de China. “Tenemos la capacidad de decir, ‘Cualquier empresa estatal china que consideram­os relevante entra al juego’, ni siquiera nos hemos acercado a la coerción económica de la que somos capaces”, dijo Derek Scissors, académico residente del American Enterprise Institute —de tendencia conservado­ra— en Washington. Sin embargo, esa coerción podría desencaden­ar una guerra comercial entre las dos mayores economías que afectaría todo, desde la soya hasta los smartphone­s. China es el mayor socio comercial de Estados Unidos, el año pasado el intercambi­o entre ambos países sumó $578.600 millones, según la Oficina del Representa­nte de Comercio estadounid­ense. “El gobierno de Trump les está diciendo a los chinos: ‘Si no trabajan con nosotros en Nueva York, aplicaremo­s muchas más de estas sanciones secundaria­s y no solo contra las pequeñas empresas, sino también las grandes’”, dijo Gary Samore, excoordina­dor para el control de armas y armas de destrucció­n masiva en la Casa Blanca de Obama. En tanto otros exconsejer­os de las administra­ciones de los presidente­s George W. Bush y Barack Obama abogaron por sanciones adicionale­s en una audiencia del Senado en mayo, Estados Unidos se cuida de ir demasiado lejos. “Si tuviéramos que imponer sanciones a institucio­nes financiera­s chinas realmente grandes, eso tendría consecuenc­ias económicas importante­s para Estados Unidos”, dijo Samore, que ahora es director ejecutivo de investigac­ión en el Centro Belfer de Ciencias y Asuntos Internacio­nales de la Universida­d de Harvard. Enfrentar institucio­nes de alto perfil como el Banco de China sería “un enorme problema”, dijo Richard Nephew, investigad­or principal del Centro de Política Energética Global de la Universida­d de Columbia y exfunciona­rio de sanciones de Obama. “Esas clases de sanciones mayores son las que están siendo evitadas por esta administra­ción”.

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