México seduce al futbolista de club europeo
El 18 de junio de 2015 se dio un fichaje en el fútbol mexicano que desencadenó de manera masiva la importación de piernas del mercado europeo a la liga azteca.
En esa fecha, Tigres anunció la llegada al club del jugador francés Andre-Pierre Gignac del Marsella. A partir de esa compra, las bombillas de los agentes europeos alumbraron al otro lado del charco, específicamente sobre la Liga MX.
Anteriormente, estos jugadores emigraban al cálido territorio azteca como última parada en sus carreras, sin embargo, en la última década la situación cambió y actualmente es común que futbolistas del Viejo Continente deseen pertenecer al balompié mexicano para competir al mayor nivel
En el aspecto económico, no tienen competencia en el continente, lo que convierte a la liga en un paraíso del fútbol.
La última bomba se dio con la incorporación del futbolista inglés, Ravel Morrison al Atlas. Considerado como una de las grandes promesas de Inglaterra, Morrison comenzó su andar como uno de los futbolistas más valiosos para Sir Alex Ferguson con el Manchester United. A sus 24 años, Morrison tendrá la oportunidad de mostrarse nuevamente luego de su paso por la Lazio italiana, último club con el que jugó.
Además, para este Torneo de Apertura, destaca el japonés Keisuke Honda, proveniente del Milan de Italia, quien llegó a Pachuca, así como el ecuatoriano Enner Valencia fichado por Tigres quien proviene del West Ham United inglés.
Uno de los factores que favorecen a México es el profesionalismo de los clubes. Las instituciones ofrecen las garantías iguales o mejores que en Europa, con respecto a estilo de vida, alimentación, y en un ambiente favorable para desarrollar las capacidades deportivas, con instalaciones de primer nivel.
Además, el fútbol mexicano es un trampolín para volver a figurar y regresar a Europa. México se ha convertido en un país de exportación de jugadores.
Recientemente, el PSV Eindhoven compró al futbolista del Pachuca, Hirving Lozano, por un monto récord de $27 millones para un jugador que emigrara a Europa, más del doble de lo que pagó el Atlético de Madrid por Raúl Jiménez.
La calidad de estos jugadores mejora el espectáculo y aumenta la competitividad.