Se buscan superintendentes, no políticos
El Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) publicó hace una semana los concursos para reclutar y seleccionar a los nuevos superintendentes de entidades financieras y de seguros en los próximos meses.
Incluso el pasado miércoles se cerró el tiempo para enviar todos los atestados para formar parte del concurso.
El puesto de Javier Cascante, superintendente de Sugef, termina su gestión en octubre, mientras que Tomás Soley lo hará en noviembre.
Asimismo, desde hace un mes que se inició el proceso para nombrar al nuevo superintendente de valores, en el que hay unos 70 aspirantes al puesto, ya incluso se aplicó el examen.
Carlos Arias dejó la Sugeval en agosto pasado, al vencerse su nombramiento.
Para varios especialistas y expresidentes de Conassif es fundamental que en los criterios de selección de estas nuevas autoridades prevalezcan sus conocimientos técnicos, quitando cualquier interés político.
Los superintendentes no son puestos políticos, tienen que velar por la seguridad del sistema financiero, y tener conocimientos de las normas internacionales de Basilea, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Normas Internacionales de Información Financiera, Grupos de Acción Financiera Internacional, entre otras cosas.
Los superintendentes perciben un salario cercano a los ¢10 millones, es un contrato por tiempo limitado (cinco años de nombramiento), no reciben beneficios como anualidades, cesantía o preaviso.
Para muchas personas del mercado, el nuevo superintendente de Sugeval —puesto vacante— debe venir del sector privado o alguien que ya estuvo en la órbita de regulador, pero que conoce lo que es dirigir una empresa.