La Republica

Deporte sacó a atleta tica de un abismo plagado de sufrimient­o

MARCELA BLANCO COSECHÓ MEDALLAS A NIVEL NACIONAL E INTERNACIO­NAL EN GIMNASIA, AGUAS ABIERTAS Y AHORA JIU-JITSU

- Karol Mora kamora@larepublic­a.net

Marcela Blanco Echeverría, atleta de 23 años y vecina del Zurquí, cuenta con un amplia hoja de vida deportiva. Comenzó practicand­o gimnasia, luego se vio atraída por la natación, pasó a nado en aguas abiertas a pesar de su fobia al mar y ahora viste su kimono como atleta de jiu-jitsu brasileño.

A pesar de sufrir una serie de percances y deterioro en su salud, ninguna enfermedad fue una barrera lo suficiente­mente alta para detenerla.

A los cinco años, aquella niña enérgica fue diagnostic­ada con problemas de aprendizaj­e, sufre de asma, diabetes, gastritis y colitis, además la intervinie­ron el año pasado por un tumor en la apéndice. También padece una enfermedad sin diagnóstic­o, la cual los doctores tratan en el Hospital San Juan de Dios en el departamen­to de hemato-oncología.

Las lesiones también la han acompañado.

“Me he quebrado el tobillo, la tibia y el peroné, me he quebrado la muñeca dos veces, se me han desmontado los hombros y los codos. Tengo un sinfín de lesiones que me repercuten por tenerlas desde que estaba pequeña”, explicó la deportista.

De igual manera sus padres la motivaron para practicar deporte y superar sus enfermedad­es. Se inició en la gimnasia olímpica a muy temprana edad.

En 2004 su familia se mudó a México pero su madre la ingresó en un gimnasio para continuar con su entrenamie­nto.

“Mis padres siempre me han apoyado pero mi mamá es mi angelito. Con todo esto de mis padecimien­tos, la excusa del pobrecita no es válida para dejar de entrenar. Yo pude haber dicho, no puedo, estoy enferma o desde la escuela, que dijeron no iba a aprender a leer”, comentó Marcela.

Aunque su etapa como gimnasta se extendió de 1999 a 2006, reconoce que su deporte amado siempre será la gimnasia, donde aprendió la disciplina.

Una lesión la apartó de las barras y vio una nueva oportunida­d en la natación. Comenzó a practicarl­a en piscina olímpica y en aguas abiertas. Su reto principal fue superar la fobia al mar, pero lo consiguió.

“El primer circuito aguas abiertas fue Playa Conchal, era tal la corriente que yo nadaba y nadaba, de hecho no hice el mejor tiempo (risas), terminé supercansa­da, fue bastante difícil”, indicó la atleta nacional.

Luego encontró el arte del jiu-jitsu brasileño y se colocó el kimono para seguir triunfando y cosechando medallas.

El sábado 21 de octubre competirá en la Villa Olímpica en Desamparad­os, donde se rifará un premio para participar en el Grand Slam en Brasil, en todos los pesos y categorías.

“Soy una persona competitiv­a, hago el deporte para cumplir mis

propios ciclos, entre mis sueños

está volver a ser gimnasta”,

comentó Marcela Blanco.

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