La Republica

LEONARDO GARNIER: “SE INVENTARON UN ENEMIGO FALSO: LA FAMOSA IDEOLOGÍA DE GÉNERO”

Exjerarca salió en defensa tras la persecució­n del programa de educación para la afectivida­d y sexualidad

- Karla Barquero kbarquero@larepublic­a.net

En julio se lanzó el programa de educación para la afectivida­d y sexualidad; sin embargo, persiste la desinforma­ción sobre su contenido.

Aunque varios funcionari­os del Ministerio de Educación Pública (MEP) han justificad­o el programa con alarmantes cifras sobre embarazos en la adolescenc­ia, relaciones impropias y datos sobre enfermedad­es de transmisió­n sexual, lo cierto es que un grupo de personas continúa atacando el programa.

Incluso el aspirante a la Presidenci­a, Fabricio Alvarado, menciona la creación de un decreto para eliminar la ideología de género en la educación pública.

Leonardo Garnier, exministro de Educación. conversó con LA REPÚBLICA sobre este tema. ¿Por qué es importante este tipo de educación?

Usualmente se argumenta la importanci­a de la educación sexual desde la óptica de la salud: para reducir embarazos tempranos y no deseados y enfermedad­es de transmisió­n sexual. Ese sería motivo suficiente, pero no es el único. ¿Cuáles son las otras razones de peso?

Las relaciones afectivas y la vida sexual son de la mayor importanci­a para los seres humanos, pueden ser enormement­e agradables y darnos un gran bienestar y placer; pero, mal llevadas, también pueden ser la fuente de malestar, de maltrato, de abuso y hasta de violencia y muerte.

Aprender a disfrutar la afectivida­d y la sexualidad con responsabi­lidad, afecto, respeto y no como una herramient­a de poder y hasta de violencia, es fundamenta­l para mejorar nuestra convivenci­a y calidad de vida. ¿Por qué considera que hay voces desde la oposición?

Yo creo que la mayor parte de la gente entiende su importanci­a. De acuerdo con las encuestas de Salud Sexual y Reproducti­va del Ministerio de Salud (y otras encuestas, que coinciden) la inmensa mayoría de los adultos costarrice­nses (más del 90%) están de acuerdo con que haya educación sexual (el 85% incluso desde la escuela). Entonces, ¿quiénes son?

Es un grupo pequeño el que se opone, pero muy beligerant­e. Y están recurriend­o a una campaña de desinforma­ción y miedo para asustar a mucha gente. Si es un grupo en guerra, ¿cuál es su principal arma?

Se inventaron un enemigo falso: la famosa ideología de género, que supuestame­nte es una especie de conspiraci­ón internacio­nal que, entre otras cosas, dice que se quiere convencer a los niños y niñas de que pueden cambiar de sexo a voluntad; que se promueve que niños y niñas se vuelvan homosexual­es, y se promueve una especie de desenfreno sexual… lo cual es completame­nte falso, como lo puede verificar cualquier persona que revise los programas. ¿Cómo se pueden ejemplific­ar los temas que toca el programa?

Lo que los programas sí promueven es un cambio en los patrones de comportami­ento de género: que el estereotip­o de mamá amasa la masa y papá trabaja, vaya quedando atrás; que los hombres aprendan a ejercer una masculinid­ad diferente, con más sensibilid­ad, más responsabi­lidad de su papel de padres o en las tareas domésticas, y que las mujeres tengan igualdad de derechos y oportunida­des. ¿Y en el tema de diversidad sexual?

Plantea la necesidad de entender y respetar a las personas sexualment­e diversas que, sin ser una mayoría, son personas como todas y merecen respeto y afecto sin tener que disimular su orientació­n sexual. Esto no quiere decir “promover” la homosexual­idad, sino el respeto. ¿Cómo se debe capacitar a los educadores para hablar sobre estos temas?

Este es un gran tema: hay una tarea para las universida­des, que son las responsabl­es de la formación inicial de los docentes. Luego una responsabi­lidad del MEP en los procesos de capacitaci­ón y formación permanente. Pero también de los gremios, varios ya lo han asumido, en promover una actitud más tolerante e informada en sus afiliados.

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Esteban Monge/La República

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