traicionó Barcelona los valores de La Masía
COSTO EN FICHAJES LO CONVIERTEN EN EL SEGUNDO EQUIPO QUE MÁS GASTÓ EN LA ÚLTIMA DÉCADA
Este es un nuevo Barcelona. El club que presumía de cantera y jugadores formados en las divisiones inferiores pasó a convertirse en un comprador que invierte enormes montañas de dinero para intentar tener los mejores futbolistas del mundo y alzar la mayor cantidad de títulos en una disputa contra el resto de equipos.
El delantero brasileño Philippe Coutinho fue presentado ayer después de que el Barcelona pagara al Liverpool $192 millones, superando lo que invirtió a comienzos de temporada por el francés Ousmane Dembélé, por quien pagó al Borussia Dortmund $177 millones.
Se acabó el Barcelona que profesaba el defensor central Piqué, al decir en 2013: “El Madrid no gana títulos y se gasta 160 millones en tres jugadores. El Barcelona lucha con lo que tiene. Sabemos que somos diferentes porque podemos competir con ellos sin tener que gastar ese dinero”.
Los nostálgicos derraman ahora una lágrima por aquel Barcelona de Víctor Valdés, Carles Puyol, Sergio Busquets, Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Pedro, Lionel Messi o el propio Piqué. Jugadores que no solo dibujaron al mejor Barcelona de la historia, sino a un equipo identificable para su hinchada, tan amante de “los de casa”. La cantera azulgrana se secó.
Tanto así, que en la última década, los catalanes han sido el segundo equipo que más dinero gastó en fichajes ($1.129 millones), solo por detrás del Manchester City inglés que soltó la billetera y pagó $1.516 millones en el mismo periodo.
Primero llegó Neymar, luego Luis Suárez, después André Gomes y otros muchos por los que el club pagó enormes cantidades. El Barcelona se fue convirtiendo progresivamente en un club “comprador” hasta llegar al momento presente, en el que bate récords inversores.
Es claro dominador en la Liga española y se clasificó como primero para los octavos de final de la Liga de Campeones con relativa facilidad. Ahora añade dinamita con el fichaje de Coutinho y la reincorporación de Dembélé. Un nuevo Barcelona, con otra idea diferente y desafecto con cualquier tipo de nostalgia