Mercado Urbano,
comer un restaurante para bien en poco tiempo
Lo primero que Marco Antonio Ganoza, cocinero y empresario tico-peruano, explica de su nuevo establecimiento Mercado Urbano es justamente que no se trata de un restaurante.
“Esto es un mercado de comida donde, ya sea para el desayuno, el almuerzo, el café o la cena, cada cliente pasa por una serie de urnas donde están los alimentos, ves lo que te gusta, desde una tapa, hasta una ensalada. En menos de cinco minutos ya estás comiendo en tu mesa”, explicó Ganoza.
Parece difícil de creer que en poco tiempo se pueda comer bien y además con un rango de precios que invitan a volver. Lo cierto es que sí es posible y además se hace en un local con amplio espacio, una decoración muy agradable y con la calidad de la comida de este chef que ya nos conquistó con su restaurante La Divina Comida.
No hay menú como tal, lo que tienen es lo que van preparando a lo largo del día. Aunque desde luego hay productos similares y lo que cambia durante la semana es con lo que se acompaña. Siempre se encontrarán tapas, pastas, “sánguches”, carnes y una generosa barra de ensalada.
Para poner a prueba la propuesta les apostamos a unos es- paguetis negros de pasta fresca en salsa de huancaína. Con cronómetro en mano se cumplió el tiempo y además la combinación le dio un giro a una pasta tradicional para acompañar con mariscos, pero con esa salsa aperuanada se descubren nuevas sensaciones.
“Si tuviera que recomendarte algo, bien podría ser el ‘sánguche’ de ají de gallina. ¿Qué es eso? Sencillo, tomo la receta de ají de gallina y meto todo en un pan chapata que importamos de Francia”, comentó el propietario.
Si se busca algo más elaborado que una comida entre pans, entonces el arroz con pollo a la peruana. La verdad es que visualmente es muy llamativo por su color verde, este proviene del culantro
que emplean. A esto le suman cerveza negra, una poderosa salsa criolla huancaína.
Aunque tapas suena algo pequeño, lo cierto es que se trata de porciones generosas, “no tacañas”, como aseguró su creador.
La barra de ensaladas merece una visita obligada y no solo para quienes están a dieta o escapan de los temidos carbohidratos. Es una oferta amplia que además tiene un estilo singular: Uno toma un balde, sirve en su interior todo lo que uno quiera comer y al final se le añade el aderezo de la preferencia.
Entre las opciones siempre hay seis proteínas, incluyendo camarones, por ejemplo: mixtos verdes, vegetales y productos frescos de temporada como uchuva.
“Desde que abrimos entra mucha gente curiosa, que al ver la comida ya lista estimula sus sentidos. Sé que al principio es un concepto que va a costar, pero también sé que les va a encantar”, finalizó Ganoza.