La Republica

ASÍ LOS VIMOS

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GAPARI

COSTA RICA

Navas: con dos paradones evitó que llegara la “Media Docena”, no el grupo humorístic­o, sino una mayor goleada. Lo que más preocupó fue notarlo frustrado por la incompeten­cia de sus defensores.

Gamboa: abónele que inició la acción del único gol del equipo y punto. En todo caso, Bélgica armó la fiesta por el otro sector.

Acosta: pagó caro sus escasas aventuras ofensivas; cuando atacó, el rival aprovechó muy bien el espacio descubiert­o.

González: después de un arranque promisorio, con dos cortes determinan­tes, el “Pipo” se derrumbó y fue rebasado por el huracán belga.

Duarte: en el inicio del juego le quedó un balón riquísimo para anotar y no la pegó bien; en defensa fue, como todos, un desastre. Hazard y compañía lo despedazar­on.

Oviedo: flojísimo en marca; el rival montó la orgía de goles en su parcela. Superado por el carrilero Meunier (15) y por Mertens (14).

Borges: de un “sombrerito” elegante se gestó el 1-0; como volante central naufragó ante el cuarteto que paró Bélgica a la espalda de su único delantero, el tractor Lukaku (9).

Tejeda: el juego fue un martirio para el sacrificad­o volante central, quedó doblado ante la calidad de Carrasco (11), Hazard (10), Mertens y De Bruyne (7), un cuarteto mágico.

Ruiz: el golazo y nada más; siendo el 10 del equipo, su trabajo en comparació­n con Hazard, el 10 belga, quedó en deuda. Por ahí se marcan enormes diferencia­s.

Bolaños: recostado por la izquierda, hizo un despliegue físico que lo desgastó sin sentido. Ni sostuvo el balón, ni tuvo tiempo de juntarse con Bryan, menos apoyar a Ureña.

Ureña: el libreto se repite; el guion se reedita y el técnico no lo corrige ni altera. Llanero solitario, entregado al sacrificio, metido entre cuatro gigantes, fácil lo decapitan.

Calvo: tan errático en marca como Oviedo; su ingreso no mejoró en nada el desastre en su sector. Venegas: ¿jugó? Guzmán: entró a evitar una goleada, con un equipo entregado a su suerte.

Smith: Bélgica guardó las armas después del 4-1 y no sufrió los dolores de Gamboa.

Campbell: por lo menos se atrevió a protestar públicamen­te y con gestos, la falta de acompañami­ento.

Azofeifa: lanzó dos filtros largos…

a nadie.

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