CAROLINA HIDALGO
1. ¿Cómo ha sido la experiencia de competir en aguas abiertas? Esta es una de las competencias más bonitas en natación porque me permite un mayor contacto con la naturaleza y poder visitar comunidades costeras, entonces va más allá de lo deportivo. Además, visualizar que sos capaz de desplazarte de un lado a otro te demuestra que podés realizar cosas importantes y complejas. Estar sola en el mar te hace replantear muchas cosas en la vida, es un juego de reflexión mental y te puede jugar en contra si no lo manejas bien, te preguntas ‘¿por qué estoy en medio del mar haciendo un gran esfuerzo? y ese es el mayor reto.
2. ¿Qué elementos del deporte ha utilizado en la política y viceversa?
Me sirve más el deporte para la política. La disciplina te demuestra que para tener un logro hay que hacer mucho para llegar ahí, por ejemplo para hacer una reforma, tenés que dedicarle tiempo para que sea una realidad, tenés que trabajar día y noche, si no no será posible. El dicho dice, uno juega a como entrena, no podés pretender resultados si no luchás. También me ha enseñado que hay que tener claro el norte, no podes competir sin saber cuál es la meta. En la política tengo reflexiones parecidas a las competencias, hay que ver la próxima boya para tener claro que voy por buen camino y terminar.
3. ¿Cómo fue vivir con los dolores de su enfermedad y en qué momento supo que debía hacer un cambio en su vida?
Me diagnosticaron la espondilitis aquilosante a los 22 años. Como en 2012 o 2013 comencé a perder la vista como efecto secundario ya que la enfermedad la bloquea y empecé a ir a los doctores y me dijeron que la enfermedad estaba avanzada y había que atacarla distinto, ahí fue cuando comencé a nadar.
4. De no haber tomado la decisión de nadar, ¿qué consecuencias hubiese enfrentado?
Hubiera perdido total movilidad de la cadera.
5. ¿Le quitó el dolor?
Sí, pero además del dolor, con esta enfermedad muchas personas sufren de depresión y el deporte además de desatrofiar, libera endorfinas de la felicidad, entonces quienes sufren de artritis también se ven beneficiados de esta manera.
6. ¿Cambió su alimentación también?
Sí, llegó un momento donde sentía que me hacía falta fuerza, me dijeron que ocupaba más músculo y quemar grasa abdominal entonces modifiqué mi dieta. También tenía que fortalecer los brazos, ese sigue siendo mi mayor reto, es más fácil desarrollar fuerza en las piernas, por eso comencé a ir al gimnasio. Empecé a comer mucha proteína, entonces desayuno mucho huevo.
7. Ya en competencias de aguas abiertas, ¿cómo superó el miedo al mar? ¿Qué es lo más difícil o retador?
Me ayudó que desde la infancia tengo una estrecha relación con el mar, me defiendo sola, me gusta el buceo entonces conozco el mar y sus profundidades. Pero siempre hay dos cosas en aguas abiertas que lo hacen muy complejo. Primero, el ingreso al mar, porque la barrera de olas hacen la entrada muy complicada. Si no superas la entrada difícilmente logras el resto porque imaginan que la profundidad es peor. El otro miedo típico es desubicarse en el mar.
8. ¿Alguna vez se llevó algún susto con alguna corriente o un animal?
En una travesía en el Caribe, nadamos unos 5 kilómetros de Uvita a Manzanillo. El mar es muy picado y en un momento no podía ver a nadie, intuitivamente me ubiqué pero no veía las boyas porque las olas no me dejaban ver más allá. Y con los animales más bien me han pasado cosas bonitas, he nadado con tortugas, mantarrayas y delfines en el Golfo Dulce. Es muy común toparse con estos animales. Pocos deportes dan ese contacto con la naturaleza, pero hay que saber disfrutarlo y no asustarse al verlos.
9. ¿A qué le teme más, a los tiburones del mar o los del plenario?
Me generan más preocupaciones los seres humanos, mi contacto con animales ha sido muy positivo, con las personas uno no sabe qué pueden pensar pero siempre confío en la buena fe de las personas.