¡Cómodos e incómodos!
Óscar Ramírez permitió y dio espacio, para que Keylor Navas celebrara un festejo privado con familiares en medio Mundial en Rusia.
Jorge Luis Pinto, para los mismos efectos dijo no en Brasil.
Obsesivo y perfeccionista, el colombiano les hizo la vida imposible a los seleccionados costarricenses fuera del terreno de juego e invadió espacios de privacidad de los jugadores que ellos interpretaron como irrespetuosos.
Un técnico incómodo como Pinto, produjo una relación incómoda con sus jugadores, que lógicamente no tuvo un final feliz.
Hoy que Óscar Ramírez no es el técnico de la Sele, podemos afirmar con plena seguridad, que en su paso como estratega, sus discípulos le guardaron absoluto respeto, sumergidos todos en una relación horizontal donde privó la amistad.
Cuando los líderes del grupo como Navas, Ruiz y Borges transmitían públicamente el ambiente de respeto que se daba en la relación entre técnicos y futbolistas, inmediatamente tenemos que remitirnos a las personalidades de los entrenadores a cargo del grupo: Pinto incómodo; Ramírez, cómodo.
Con el colombiano se presentó una relación jerárquica vertical: jefe con subalternos; con don Óscar se dio una relación de amistad.
Y desde luego, la mayoría de los futbolistas prefieren ser discípulos del técnico amigo, que del estratega déspota.
Esta semana se presentó un claro ejemplo de esto a nivel internacional, en el caso del brasileño Willian, del Chelsea.
En la temporada pasada entró en conflictos con un técnico incómodo como el italiano, Antonio Conte. Como no se acopló a las directrices disciplinarias de su entrenador, iba a ser traspasado al Barcelona. Tuvo la suerte de que despidieron a Conte y firmaron a un estratega cómodo como su compatriota Maurizio Sarri.
Hoy Willian es feliz, porque Sarri los deja divertirse.
Lógico que los seleccionados estadounidenses van a preferir a un técnico bonachón como Steve Sampson, que al estricto, Bruce Arena y los mexicanos le rehúyen a Ricardo Lavolpe y le hacen guiños a Enrique Meza.
Zinedine Zidane llevó a la gloria al Real Madrid con su rostro de confite, ruta que le costó mucho más al serio de Carlo Ancelotti y donde pegó con cerca el rey de los incómodos: José Mourinho.
La Comisión Técnica debe tener sabiduría a la hora de la elección. Conocedores del entorno, de la idiosincrasia del tico, del pura vida y del eterno vacilón, preferiríamos la escogencia de un estratega incómodo. Es más, bien incómodo.