Icafe se compromete con el desarrollo del cultivo nacional
Se espera que se produzcan 2,5 millones de fanegas de café para el 2023
Armonía con el medioambiente, capacitación de los productores y mejoramiento tanto sus condiciones como del cultivo de fanegas, son parte de los esfuerzos del Instituto del Café (Icafe).
Sobre este tema conversó con LA REPÚBLICA Xinia Chaves, directora ejecutiva de Icafe.
¿Cuáles son las prioridades para el desarrollo de la caficultura costarricense?
La cosecha pasada fue la más baja de los últimos 42 años, lo que implica la necesidad de intervenir en la productividad.
Presentamos la llamada Agenda Prioritaria bajo tres pilares: relaciones con la producción, promoción del café de Costa Rica y acciones que, como encargado de la gobernanza cafetalera, debían asumirse.
Propusimos darle herramientas al productor que tengan mayor adaptabilidad al cambio climático; el productor necesita ser gestionado, no es suficiente con otorgarle financiamiento.
Derivando en un convenio tripartito entre el Icafe, Ministerio de Agricultura y Ganadería y el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria, para capacitar y acompañar al productor.
Las beneficiadoras serán las que seleccionen quienes inicien en esta primera capacitación, con una meta de producción de 2,5 millones de fanegas de café para el 2023.
¿Cómo afrontan el reto de la transparencia en todo el proceso productivo?
Se desarrolla el proyecto más inteligente, pero también de mayor desafío, que es el de trazabilidad y sostenibilidad, desde la mata hasta la taza; por ejemplo, para demostrar que los recursos que usted paga por el café se retornan de forma transparente a los productores.
La Escuela de Economía de la Universidad de Londres señaló que el café de Costa Rica es el proyecto más exitoso en términos de negocio y transparencia, lo que llena de orgullo y da garantía de que podemos trazar todo nuestro café.
¿Cómo nos explicaría los esfuerzos de conciencia ambiental, específicamente el proyecto NAMA Café?
Celebramos los cuatro años de cooperación con GIZ, donde más de 60 beneficios de café y 6 mil productores fueron capacitados en las buenas prácticas agrícolas y en controlar las emisiones.
El NAMA Café permite tener un balance con normas apropiadas en el ejercicio del cultivo y de industrialización, que se impacte positivamente al planeta; aunque la cooperación internacional no seguirá, este sí lo hará, lo que nos permite decirle al mundo que somos capaces de producir de forma amigable y responsable.