ASÍ LOS VIMOS
GAPARI
SAPRISSA
Cruz: acribillado por la artillería manuda, el gol de Cubero, producto de un yerro garrafal suyo, lo hundió.
Blanco: tres de los goles del León se gestaron en su parcela, detalle para que su técnico medite.
Hadden: atrapado en inferioridad numérica, no opuso resistencia a los contraataques del rival.
Miller: similar a Hadden, la Liga hizo fiesta en su pecho y a su espalda.
David: aunque fue el menos vulnerable de la zaga, le faltó apoyar en las coberturas.
Angulo: su salida fue error mayúsculo de Centeno; Marvin lo hacía bien, marcaba a López quien, sin candado, montó la fiesta.
Barrantes: con bólido alto obligó a Pineda a gran intervención. Muy flojo, la cintura eriza le pasó por encima.
Bolaños: no pesó en el equipo; se le fue oportunidad de gol de cabeza.
Leal: punto altísimo antes de la debacle; picante, inteligente, imparable, gestó el 2-2.
Venegas: marcado al centímetro, sin tiempo de maniobra y lo anularon.
Ramírez: héroe del primer tiempo con doblete; villano del final.
Torres: cambio inoperante; dejó suelto a López y el catracho deshizo al Monstruo.
Ugalde: metió algo de susto en el área enemiga.
Zúñiga: pocos minutos muy bien jugados.
ALAJUELENSE
Pineda: voló para desviar remate de Barrantes; muy bien de puños.
Ordain: flojo primer tiempo; vulnerable, no pudo con Leal. Mejoró en la segunda parte.
Gutiérrez: marca estricta sobre Venegas, dura y pegado al tobillo.
Junior: eficiente y, además, un saco de mañas que sacó de quicio a Ramírez y Torres, dos de sus víctimas.
Meneses: en acción maravillosa, arrancó la jugada del 1-0 y con pase mágico a Lássiter, gestó el 3-2.
Cubero: control, presencia, eficiencia y gol, volante central completo.
López: partidazo del catracho, con pases de ensueño rompió la defensa morada y sirvió en bandeja cuatro de los cinco goles.
Guevara: siempre picante, Cruz le achicó remate que viajaba a la red.
Lássiter: hizo estragos en su zona y anotó doblete en acciones muy similares y de cabeza fría.
Ureña: cuando mete primera, es difícil pararlo. Ha encontrado plenitud física, es peligroso y si le dan espacio, hay gol.
Moya: tácticamente jugó enorme clásico; abrió el rosario de goles y se movió de maravilla en la zona caliente.
Sequeira: Barlon vivió la fiesta más de
cerca.
Salvatierra: regresó José a la cancha y eso alegra.
Alfaro: un par de minutos.