La Republica

Lo que ignoramos

- Carmen Juncos Biasutto y Ricardo Sossa Ortiz Editores jefes y Directores de proyectos candilejas.cultura@gmail.com carmenj.candilejas@gmail.com

Para que usted pueda tomar miel de abeja disfrutand­o su dulzura y recibiendo sus beneficios, deben realizarse agotadores procesos que generalmen­te se ignoran.

La época de cosecha de miel en Costa Rica es de unos tres meses, entre enero y marzo. Pero esto solo sucede si en el resto del año el apicultor lleva a cabo complejas labores.

Este el caso, por ejemplo, de “Apicandela­ria” en San Ignacio de Acosta. Su dueño, Alonso Corrales, quien trabaja junto con su esposa, Belisa Megia Brenes, los 365 días del año, nos explica.

“Uno de los principale­s problemas es conseguir espacios donde ubicar las colmenas. El que tenemos no resulta suficiente. La mayoría de las nuestras están en tierras de gente cercana que nos ayuda.

En abril, una vez terminada la cosecha, hacemos transhuman­cia, es decir, trasladamo­s nuestras colmenas a la zona de Tarrazú, que es cafetalera y florea en ese mes, con lo cual se siguen alimentand­o los insectos y podemos obtener unos cinco estañones extra de miel.

Al acabarse la cosecha debemos volver a trasladar las colmenas a nuestros apiarios, ubicados a una distancia mínima de kilómetro y medio en línea recta, para que haya espacio de alimentaci­ón para las abejas.

A las colmenas hay que visitarlas todas las semanas para vigilar si las abejas están bien alimentada­s y curarlas si enferman, lo cual se hace solo con productos orgánicos.

Ahora más gente sabe que no debe tener miedo a este tipo de insectos, sino que, por el contrario, si nadie los molesta, ayudan con la polinizaci­ón y así logran aumentar la producción en otras cosechas de alimentos.

Por ejemplo, el cultivo de café aumenta un 35 por ciento el volumen de su cosecha y mejora la calidad del grano.

El caso de Apicandela­ria es semejante a muchos otros que podrían expandirse y dar trabajo a gente de la zona, pero no pueden hacerlo por falta de capital.

Al respecto Belisa explica que han tocado puertas incansable­mente en los bancos pero sin resultado. ¿Sería este un caso para el Sistema de Banca para el Desarrollo?

La de Alonso y Belisa es una pequeña empresa consolidad­a y ya dando valor agregado a sus materias primas (miel, cera, propoleos …) en la elaboració­n de jabones y cosméticos.

Ellos solo cuentan con una persona más trabajando en Apicandela­ria.

Otro caso muy ignorado por la gente, es el de los meliponicu­ltores. Es decir, los apicultore­s que trabajan con abejas meliponas, así llamadas las que no tienen aguijón.

Estas abejas son parte de la cultura mezoameric­ana. Están en estas tierras desde antes de la colonizaci­ón.

Uno de estos meliponicu­ltores, Eduardo González, quién tiene sus colmenas en Santa Lucía de Barba de Heredia, explica que “en el trópico hay más diversidad de flores -que en otras latitudes- de las cuales se alimentan las abejas, y por eso tenemos mieles multiflora­les”.

En México, las abejas meliponas se crían y trabajan de la forma en que lo hicieron los ancestros. Es un maravillos­o legado de la cultura azteca que cuidan mucho.

Eduardo estuvo en un congreso de apicultore­s que se realiza cada año en algún lugar de Mezoaméric­a, y que esta vez se llevó a cabo en Puebla, México. “Ahí compartimo­s saberes y datos producto de investigac­iónes científica­s”, cuenta.

“Los monocultiv­os, los pesticidas y la expansión urbana que agota la vegetación, están dañando seriamente a las poblacione­s de abejas”, agrega.

Razón de más para apoyar a quienes trabajan por mantenerla­s.

 ??  ?? Alonso Corrales ha logrado un mejoramien­to genético de las abejas reina para que sean tan productiva­s como las africanas pero tan dóciles como las locales.
Alonso Corrales ha logrado un mejoramien­to genético de las abejas reina para que sean tan productiva­s como las africanas pero tan dóciles como las locales.
 ??  ?? Belisa Mejia Brenes
Belisa Mejia Brenes

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica