Tren eléctrico de Carlos Alvarado podría descarrilarse en la Asamblea Legislativa
Situación económica y Coronavirus motivarían a legisladores a darle prioridad a reactivación económica y suprimir nuevos gastos
El proyecto del tren eléctrico interurbano que impulsa el presidente Carlos Alvarado, podría descarrillarse en la Asamblea Legislativa. La situación económica del país, aunada a la crisis del Coronavirus y las expectativas de un déficit fiscal superior al 8% al término del año, motivarían a los legisladores a darle prioridad a la reactivación económica y suprimir nuevos gastos.
Y es que el proyecto de movilidad urbana requiere de la aprobación de un préstamo de más de $550 millones para arrancar; además de una contrapartida del gobierno de $600 millones o más para impulsar el plan.
Otro impedimento sería costear el pago del mantenimiento y operación del sistema una vez construido.
En ese sentido, con las finanzas públicas en números rojos, Alvarado se vería obligado no solo a enfrentar el déficit, sino también a recortar el gasto para convencer a los diputados de hacer la inversión.
“La situación excepcional que vive el país y el nivel de endeudamiento nos pone a pensar ¿cuál es la oportunidad que tiene Costa Rica de comprometer las finanzas públicas? y desde luego, ¿de dónde Costa Rica va a tomar la contrapartida de más de $550 millones para impulsar el plan?”, dijo Gustavo Viales, diputado de Liberación.
El tren que planea el Gobierno es de 73 kilómetros a lo largo de 15 cantones y cuatro provincias. Sería bidireccional, a ras de suelo y con algunos pasos elevados. La idea es que tenga una frecuencia de cinco minutos y que no requiera expropiaciones.
La obra será concesionada y hasta el momento, empresas de diez países han mostrado interés.
En principio permitiría la contratación de 1.000 empleados temporales para las actividades de construcción y generaría unos 461 empleos fijos para la etapa de operación, según Elizabeth Briceño, presidenta del Incofer.
La propuesta ayudaría a disminuir las presas y la contaminación, además de darle mayor calidad de vida a los costarricenses, al reducir los embotellamientos, por lo que cuenta con el respaldo del BCIE y la Unión Europea.
Al ser una obra de infraestructura, el tren ayudaría a reactivar la economía reconocen los diputados, sin embargo, su costo sería muy alto, cuando hay otras prioridades.
“Primero tenemos que tener la gente alimentada y con trabajo y luego pensar en el tren, ese endeudamiento hoy en día con el país semiparalizado no nos lleva a ningún lugar seguro macroeconómicamente habland”, dijo Jonathan Prendas, diputado de Nueva República.