Finanzas de la Caja golpeadas por histórica inversión, gastos imprevistos y caída de ingresos
Institución cuenta con liquidez, pero una segunda ola de Coronavirus podría cambiarlo todo
Un fuerte quebranto en sus finanzas este año sufre la Caja. como consecuencia de tres factores que se juntaron en el mismo momento.
Este año la institución puso en marcha la mayor inversión en infraestructura de su historia y se ha visto obligada a realizar millonarias inversiones no previstas para atender la crisis, a lo que se suma que sus ingresos por concepto de las cuotas obrero patronales han caído por el aumento del desempleo o reducción de jornadas debido a la crisis del Coronavirus.
Este escenario ha encendido la alerta en la institución que analiza escenarios ante el riesgo que una segunda ola de contagios de Coronavirus pueda agravar aún más su situación.
Para ello se creará una mesa de trabajo, promovida por Carlos Alvarado, presidente de la República, donde se definirán acciones a corto y largo plazo que oxigenen a la institución tanto para la atención de la emergencia actual, como los programas futuros.
Y es que como parte de las acciones para reactivar la economía y fortalecer los servicios, este año la Caja puso en marcha un plan de infraestructura por ₡247 mil millones para la construcción y ampliación de hospitales, Ebais y clínicas.
Al mismo tiempo, la atención de la crisis por el Coronavirus la obligó a echar mano a su fondo de emergencia de ₡65 mil millones, que ha servido para transformar el Centro Nacional de Rehabilitación en un sitio especializado en la atención de pacientes con
el virus, la comprar equipo e insumos médicos para atender la emergencia, entre otros.
La situación se agrava pues algunos de sus ingresos han caído por efecto rebote de la pandemia, como es el caso de las cuotas obrero patronales, que representan el 80% de sus ingresos, por el aumento del desempleo y reducción de jornadas laborales.
El hueco por reducciones en ingresos del seguro de salud y el de Invalidez, Vejez y Muerte puede llegar hasta los ¢720 mil millones, revelan proyecciones de la Caja.
A esto se suma que, como una medida para enfrentar la crisis económica producto del brote, que se aprobó una reducción de un 75% en la base mínima contributiva vigente en el seguro de salud y en el de pensiones durante los siguientes tres meses.
Una de las medidas que analizará la mesa de trabajo para sanear a la Caja es qué se hará con la deuda que mantiene el Estado con la institución que ronda los ¢2 billones por concepto del seguro de salud y pensiones.
Y es que se advierte que la institución no puede usar sus reservas para atender
la pandemia, debido a que están comprometidas.
Por ejemplo, el seguro de salud tiene ₡1,3 billones en títulos de inversión a la espera de ejecutarse y el 60% está a menos de un año plazo de vencimiento, por lo que no están en venta.
Por otra parte, se valoran mecanismo de inversión que no comprometan directamente a la Caja, como las alianzas con empresas privadas que generen bienes públicos y el uso de los fondos de pensiones como mecanismo de inversión de obra pública.