Paz en el dolor
Por más dolorosa que sea la situación vivida, usted saldrá adelante, con gente ayudando en el proceso, hacia la calma en la tormenta.
En todo grupo social siempre habrá víctimas que sufran experiencias dolorosas, son personas físicas o jurídicas que han vivido violencia, física o económica.
Están también las “víctimas secundarias”: familias, amigos, vecinos conectados con la víctima primaria, quienes también sufren.
Un problema recurrente en la cultura actual es el de la “revictimización”: vivir constantemente el doloroso proceso que ya ha experimentado la víctima.
Ello se da, especialmente, durante los juicios penales. Afortunadamente, en nuestro país, la víctima no está sola.
Candilejas conversó con la doctora en leyes Angie Arce Acuña, abogada y fundadora del Instituto de Victimología de Costa Rica, Institución que ayuda y acompaña a las víctimas en sus procesos, sobretodo penales, y que no pueden pagar representación legal, porque “en Costa Rica no existe representación legal gratuita para la víctima, solo para el acusado”, sostiene Arce Acuña.
Es precisamente lo anterior y debido a experiencias personales de esta abogada, lo que la lleva a crear el Instituto, que además de dar representación legal a las víctimas sin recursos, ofrece acompañamiento multidisciplinario: psicólogos, trabajadores sociales y espirituales.
El proceso de “desvictimización” es lo que debe reforzar el sistema cultural y judicial de Costa Rica y por el que este Instituto lucha.
Angie Arce cuenta cómo ella misma ha vivido la experiencia junto con las víctimas que representa, de ver a jueces de la República liberar a personas imputadas, aún con pruebas para prisión preventiva, “revictimizando” así a la víctima.
Ésta, considera la abogada, debería “sentirse segura, contar su testimonio solo una vez, en corte y durante el juicio, y no hacerla revivir su dolorosa experiencia continuamente durante un proceso que puede durar años”, aseguró.
“El principio de inocencia se quebrantó con solo la presunción de culpabilidad con pruebas y elementos de convicción”, añade Arce.
Otro aspecto que endurece la situación de las víctimas es que nuestro país no cuenta con un fondo de indemnización para las víctimas, como sí ocurre en México, España y Canadá; empeorando la incorporación social de la víctima durante y luego de los hechos.
Un ejemplo de ello es Leonel
Carranza Álvarez, cuya esposa le fue arrancada de su lado en su presencia un 8 de mayo de 2011, quedando el solo con dos hijas hasta el día de hoy.
Leonel tuvo problemas para “salir del oscuro túnel”, sobretodo porque su caso nunca se cerró. Sin embargo, obtuvo la intervención del Instituto de Victimología y contó con la representación de la Dra. Angie Acuña Arce, quien entre otras, cuenta con especialidad en temas penales.
Pero además, el Estado costarricense también lo acompañó a través de la Oficina de Atención y Protección a la Víctima (OAPV) del Ministerio Público, en la que Carranza Álvarez encontró un gran apoyo para salir adelante junto con sus hijas.
Esta oficina se encarga de “atender y proteger a todas las personas nacionales y extranjeras, que sean víctimas, testigos y otros participantes en algún proceso penal por un delito”, cuenta su
jefa,
M.Sc. Sara Arce Moya, además de dar apoyo socioeconómico y psicológico a través de sus programas.
Durante 2019 ingresaron 7.563 casos al programa de Protección y 15.574 al de Atención para un total de 23.137 casos, a pesar de tres meses de huelga en el país.
Es por ello, que como el Sr. Carranza, si usted o algún familiar, amigo está viviendo este tipo de proceso, adelante, no desmaye, sí hay luz en medio de la oscuridad, personas e instituciones dispuestas a caminar junto con usted y aliviar el dolor.