Empleo femenino retrocedió tres décadas por la Covid-19, según Estado de la Nación
Mesa de diálogo multisectorial del presidente Carlos Alvarado ya trabaja en propuestas
Mesa de diálogo multisectorial del presidente Carlos Alvarado ya trabaja en propuestas
La pandemia de la Covid-19 afectó particularmente a las mujeres, ya que el empleo femenino retrocedió diez años en términos absolutos y tres décadas si se considera la tasa de ocupación, reveló el Estado de la Nación este martes.
Aunque el Coronavirus hizo que hombres (47,5%) y mujeres (52,5%) perdieran un porcentaje similar de puestos de trabajo, lo cierto del caso es que el impacto fue muchísimo mayor para las féminas.
El problema es que la brecha laboral se ensanchó porque la cantidad de mujeres ocupadas el año pasado (846 mil) era considerablemente menor en relación con los hombres (1,3 millones), por lo que en términos porcentuales, cuando se dieron los despidos, el 27% de ellas se vio afectada, frente a un 16% de los hombres.
Así las cosas, la cantidad de ocupadas se sitúa ahora en 616 mil mujeres, cifra similar a la observada en el 2011; es decir, casi una década de retroceso.
No obstante, en términos de tasa, la ocupación femenina se sitúa en 31%, lo que implica un retroceso de 30 años, pues el país mostraba esa misma cifra a inicios de la década de los noventa, concluyó el Estado de la Nación.
“Como ha ocurrido en emergencias anteriores, los grupos más vulnerables serán los que sufrirán las peores consecuencias. Lastimosamente, las mujeres forman parte de ese segmento. Por eso, una vez más, les decimos a las mujeres que estamos trabajando y haciendo todos los esfuerzos para exigir el cumplimiento efectivo de sus derechos”, dijo Patricia Mora, ministra de la Condición de la Mujer y presidenta del INAMU.
La preocupación por el empleo femenino también fue señalada por diversos actores en el diálogo multisectorial que impulsa el presidente Carlos Alvarado.
Una de las propuestas para superar esta crisis está enfocada en ampliar la cobertura de la red de cuido, la cual, permitiría a las madres y jefas de hogar, dejar a sus hijos en guarderías, mientras ellas buscan empleo, trabajan o emprenden sus propios negocios.
“Costa Rica urge de soluciones integrales que den respuesta a las principales necesidades económicas y sociales que enfrentamos. Por ello, urge más que nunca reforzar la red de cuido. Hemos planteado una reforma para ampliar la cobertura e incluir a más de 300 mil menores en este programa, aportando guía y financiamiento”, dijo María José Corrales, diputada de Liberación.
Para el año pasado, la red de cuido apenas dio cobijo a 53 mil niños, mientras que la población meta es de 692 mil.
En ese sentido, se requiere de mucho mayor financiamiento.
“Para universalizar la red de cuido a la población meta se debería invertir al menos un 0,10% del PIB, según el Estado de la Nación, sin embargo, eso no está pasando porque en el anterior gobierno y el actual no han mostrado voluntad”, dijo Isabel Brenes Paniagua, politóloga y especialista en corresponsabilidad social de los cuidados y política social.
Por otra parte, el impacto negativo en el empleo en general se debe principalmente a que antes de la pandemia, la situación social y económica del país era muy frágil.
Tres aspectos reflejarían en parte el por qué de esta situación.
El primero corresponde a un deterioro de las oportunidades para tener acceso a un ingreso digno; mientras que el segundo aspecto es una alta desigualdad en el ingreso, que generaba una vulnerabilidad social crónica y finalmente, el acumulado déficit fiscal y la desaceleración económica estrujaban el financiamiento de áreas claves del desarrollo humano.