Conozca al fotógrafo tico que coquetea con los Oscar y los Globo de Oro

NICOLÁS WONG SE DESEMPEÑÓ COMO DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA EN LA PELÍCULA “LA LLORONA”

El talento de Nicolás Wong nuevamente lo pone en la escena internacional, esta vez con “La Llorona”, primera película centroamericana en ser nominada a los premios Globo de Oro y con paso firme hacia los Oscar, siendo incluida en el shortlist de la categoría Best International Feature.

Wong, director de fotografía, ha participado en Cannes y además recibió el Premio Nacional de Cultura en 2017. ¿Cómo se involucra en la película “La Llorona”?

A mediados del 2018 Jayro Bustamante, director, y Gustavo Matheu, productor, me contactaron desde el Festival de San Sebastián. Ellos habían visto mi trabajo anterior con Julio Hernández y con Neto Villalobos, y gracias a María Lourdes Cortés pudieron contactarme para proponerme el proyecto. Me gustó mucho la manera que visualizaban el proyecto y seguimos adelante con nuestra colaboración desde ahí. ¿Qué retos profesionales asumió en este proyecto?

“La Llorona” tuvo grandes retos en distintos aspectos. Desde filmar en un país extranjero, conocer al “crew” desde cero, a retos artísticos y conceptuales.

Jayro es un director con una gran sensibilidad visual que le da mucha importancia a las texturas, atmósferas y la narrativa visual; y fue un gran reto lograr crear las imágenes que la historia exigía.

Como suele pasar en nuestra región también tuvimos que trabajar con pocos recursos y apoyarnos en muchas soluciones

creativas a problemas técnicos. ¿Qué destaca de la producción?

Ha resonado por la manera en que mezcla leyenda con historia, mito con tragedia.

Es una visión de forma particularmente ingeniosa de Jayro, y que además hace que la película sea muy accesible para el público, al mismo tiempo que pone la luz sobre una realidad histórica y social que atormenta la historia de Guatemala, y la de muchos países en Latinoamérica. ¿Qué proyectos siguen en su carrera?

Estoy en la post producción de la película nacional “La Picada”, dirigida por Felipe Zúñiga. Y también terminando la post producción de una película mexicana llamada “The Gigantes”, dirigida por Beatriz Sanchís.

Me encuentro en la producción de “Domingo y la Niebla” de Ariel Escalante. ¿Qué expectativas tiene para la industria de cine este 2021?

Espero que en Costa Rica los proyectos de largometraje puedan resumir su producción. La pandemia ha tenido un impacto fuerte en la industria audiovisual, y espero que pueda recuperarse pronto.

Buscando el lado positivo, estoy seguro que las dificultades de esta época se verán reflejadas en soluciones creativas para filmar y distribuir el cine de los próximos años. ¿Cómo vive estos meses de pandemia?

Hubo muy poco trabajo, pero también mucho tiempo de estudio y de actualización profesional.

Junto a un grupo de otros directores y directoras de fotografía aprovechamos para conformar la Asociación de Autores y Autoras de Cinematografía de Costa Rica, que busca elevar los estándares artísticos, profesionales y éticos de nuestro oficio en el país. La página se puede ver en este enlace. ¿Cómo inició su carrera como director de fotografía?

Estudié Dirección en la Nueva Escuela de Cine y TV de la Universidad Veritas. Desde la mitad de mis estudios comencé a trabajar en dirección de fotografía en videoclips, cortos y eventualmente largometrajes. La primera película largometraje que realicé como director de fotografía fue “El Regreso” de Hernán Jiménez en el 2010, y fue una experiencia que me marcó mucho como profesional y persona. ¿Cuándo y cómo se abrieron las puertas a proyectos internacionales?

Como muchos oficios en el cine, el trabajo en sí es lo que mejor habla por uno. He tenido la suerte de que cada proyecto que hago me ha llevado al siguiente de forma directa o indirecta. Costa Rica, también, es un país cuyos profesionales del cine están muy entretejidos con los países de la región.

Esto es gracias a escuelas internacionales de cine, fondos de coproducción y esfuerzos concretos de festivales internacionales de cine como el CRFIC. Este intercambio es un esfuerzo constante que debe ser apoyado por las políticas culturales de nuestros países, especialmente ahora.